Saldada la participación chilena en la Copa América Femenina de Colombia, Karen Araya disfruta unos días de asueto, antes de volver a España para asumir un nuevo desafío. Tras defender al Sevilla, la temporada que se avecina será mediocampista del Madrid CFF. Sin embargo, la jugadora, referencia de la “Roja”, aún mastica lo sucedido en el torneo continental con el combinado criollo. Es cuidadosa al analizar lo que viene, sin desmerecer el logro de seguir en carrera para el Mundial a través del acceso al repechaje de febrero, y cuidando el legado de la “Generación Dorada” de un equipo que, en su concepto, aún tiene camino por andar y, sobre todo, retos por afrontar. En ese sentido, la volante mira con cautela las críticas que rodean la actuación de la escuadra y, sobre todo, los planteamientos del técnico José Letelier.
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Siempre considerada en el exitoso proceso que encabeza el exarquero, Araya se desmarca con la misma habilidad y elegancia que muestra en la cancha a la hora de pronunciarse de aspectos específicos de las decisiones técnicas o de la continuidad de Letelier en la banca, y se enfoca en la tarea inmediata, cuando haya que ir a Nueva Zelanda a conseguir el boleto a una segunda Copa del Mundo consecutiva, para lo cual confía en un plantel que suma experiencia y crecimiento, sin considerar que haya habido nombres en la nómina o fuera de ella que pudieron cambiar la suerte del cuadro en tierras “cafeteras”.
¿Cuál es el resumen que hace de la participación chilena en la Copa América?
—Claramente, no fue lo que nosotros queríamos ni esperábamos. Las cosas se dieron de esa manera que esperábamos para conseguir los objetivos planteados. Los resultados no fueron los que, quizá, esperábamos… Pero el formato del torneo nos dio la posibilidad de acceder a un partido para clasificar a un repechaje, que ganamos por penales a Venezuela, y esa ventana que se abrió es súper importante, porque nos da la posibilidad de ir a la segunda Copa del Mundo, que es lo que queríamos.
¿A qué le adjudica el nivel de juego exhibido por el equipo?
—Tuvimos muchas lesiones, que antes no nos había pasado. También tuvimos muchos contagios de covid-19, que fue un tema complejo. Fue una Copa América distinta, un poco rara en ese sentido, pero tenemos la posibilidad de ir al repechaje y clasificar igual a otro Mundial, y de eso nos vamos a agarrar para seguir trabajando y volver a estar ahí, como es nuestro deseo.
¿Siente, como dijo Christiane Endler, que merecían más? Y, en ese contexto, ¿qué les faltó para obtener más? ¿Esta generación ya alcanzó su techo?
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—Sin duda nos merecíamos mucho más, pero el fútbol no es de méritos, sino de resultados. Pero, por el trabajo que hemos hecho, nos merecíamos mucho más. Es imposible que esta generación haya tocado techo. Nos queda mucho por hacer, mucho por trabajar, estamos lejos de nuestro techo, porque tenemos mucha ilusión y muchas ganas de estar en varios procesos más, y esperemos que se pueda hacer.
Uno de los temas fue la nómina. La ausencia de la goleadora del torneo local, Sonya Keefe, por ejemplo, o la nominación de la recién recuperada “Jefa” Carla Guerrero. ¿Falta recambio? ¿Hubo alguien que pudo aportar más que no fue a la Copa?
—Respecto del recambio, tenemos muchas chicas sub 23 y sub 20, que es importante tenerlas en el plantel y que sigan trabajando. Es relevante que las categorías menores, a nivel de clubes y de selecciones, sigan desarrollándose. Es importante para nosotras. Y las que fueron elegidas para esta Copa América eran las que estaban en su mejor momento, y ya está. Las personas encargadas de elegir seleccionaron a lo mejor que había. No creo que haya habido alguna ausencia que hubiese generado que las cosas hubiesen sido diferentes, pero tampoco hay cómo saberlo.
¿Cómo visualiza el desafío que supone el repechaje?
—Nos quedan seis o siete meses y estamos con las mismas ganas e ilusión de poder clasificar a una Copa del Mundo. Esto no se acabó en la Copa América, sino que se nos abre la posibilidad de seguir trabajando. Hay un semestre de preparación, donde cada una debe hacer su autocrítica y tratar de mejorar, para poder explotar y llegar más fuertes que nunca a esa instancia para tratar de sacar los pasajes a un segundo Mundial.