Su dualidad como historiador y periodista le dio a Alfredo Bernardi la retrospectiva más sensible de dos episodios que se cruzaron en 1982 en el alma y la memoria colectiva de los argentinos: la Guerra de Las Malvinas y la Copa del Mundo de España. A partir de allí y de su pasión por el deporte –como hincha de Independiente y Estudiantes e igual de admirador de Vilas que de Sabatini- se planteó el desafío de investigar para editar “El Gráfico y las Malvinas, Periodismo Deportivo en tiempos de guerra”, un libro revelador que sondea en la forma en que la emblemática revista manejó los contenidos en una época convulsionada.
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Con la dramática premisa de que “la vida sigue igual”
El objetivo propuesto era reflejar la actuación del semanario entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, día de la dramática rendición en Puerto Argentino. El autor fue redactor de La Nación y recuerda que “revisé mucho material y a medida que analizas la revista ves claro lo que pasó. Hay un gran acompañamiento de Editorial Atlántida al fenómeno, pero no hay un acompañamiento periodístico”.
Cuatro días tras el desembarco en las islas, la portada del 6 de abril de 1982 muestra a Hugo Porta en el partido de rugby que Los Pumas ganan a Sudáfrica. Una novedad fue el cambio de su logo de portada por uno celeste y blanco a la usanza de la bandera argentina. Más adelante, una editorial cuenta que la empresa Atlántida .dueña de varios medios- recibió un pedido delas Fuerzas Armadas para enviar mil ejemplares de la revista a las tropas. “Un día después de la rendición en Malvinas, El Gráfico salió a la calle con el ejemplar que se refería a la derrota argentina en el debut por el Mundial. La editorial vuelve a ser clave y distintiva con el resto de la edición: “Nada más que una derrota”, señala el libro.
“El Gráfico usaba los espacios editoriales para hacer propaganda y los espacios periodísticos eran como si la vida siguiera igual”, expresa el autor. En las once semanas del conflicto, 8 editoriales se refieren a Malvinas y “se encuentra también una nota a Menotti con el título: ‘Menotti entre la guerra y la paz’, pero no habla una sola palabra de la guerra y la paz”, agrega. En rigor, eran tiempos inciertos y dolorosos para 30 millones de argentinos y, en ese marco, el historiador concluye que “en el periodismo deportivo debemos hacer una gran autocrítica, ya que todos nos equivocamos en algún momento, como lo que hizo El Gráfico en la guerra”.