En pocas semanas, Universidad de Chile pasó de la posibilidad cierta de descender a la Primera B a la chance concreta de volver a ganar un título después de un lustro de sequía. Con los resultados de la última fecha del Campeonato Nacional, prácticamente aseguró su permanencia, ya que, para complicarse, tendría que perder los dos partidos que le quedan y Deportes La Serena golear en sus dos encuentros restantes, además de Deportes Antofagasta sumar por lo menos cuatro puntos.
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Con la tranquilidad de la salvación casi abrochada, la “U” puede enfocarse de lleno en la Copa Chile, donde está instalada en las semifinales. Hoy buscará dar el primer paso hacia la definición contra Magallanes, cuando, desde las 18:00 horas, reciba a Unión Española en el estadio CAP de Talcahuano.
Luego de tiempos turbulentos, el escenario parece ideal para los “azules”, sin embargo, como alguna vez dijo Marcelo Bielsa, “siempre pasa algo”. Algunos jugadores se han encargado de enturbiar el ambiente con sus actitudes extrafutbolísticas.
Esta vez fue el turno de Pablo Aránguiz, quien fue acusado por un guardia de seguridad de agredirlo con un objeto contundente el domingo en un centro de eventos en Peñalolén. El club emitió ayer un comunicado, tras reunirse con el volante ofensivo y solicitar su versión.
“El futbolista no ha incumplido con sus tareas en el Centro Deportivo Azul, respecto a horario, presencia y desempeño en los entrenamientos, a los que llegó en perfectas condiciones”, indicó la institución. Agregó que “esperamos que estos acontecimientos se esclarezcan desde todo punto de vista, para beneficio de todos los involucrados”.
Pese a ello, se determinó marginarlo del crucial duelo de esta tarde ante su ex equipo. “Se ha decidido que el jugador no sea citado al partido de ida de la semifinal de la Copa Chile 2022, pensando en que hoy debe enfocarse principalmente en resolver su situación individual con relación a estos hechos”, informaron los “laicos”.
Los casos anteriores
En abril, con Santiago Escobar en la banca, Junior Fernandes protagonizó un acto de indisciplina, con un trasnoche de sábado en el cumpleaños de su esposa, por el cual llegó “somnoliento” a la práctica del domingo. El colombiano decidió que el tocopillano no formara parte de los trabajos de esa jornada y lo marginó del choque siguiente frente a Audax Italiano.
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En julio, Yonathan Andía fue sorprendido manejando en estado de ebriedad y, además, se negó a realizarse la alcoholemia, por lo que fue detenido por Carabineros. En ese entonces, Diego López lo castigó para el encuentro posterior ante O’Higgins y recién volvió en el segundo tiempo del “Superclásico”.
Con el arribo de Sebastián Miranda, también llegaron los resultados, pero no desaparecieron las polémicas. Esta vez fue dentro de un campo de juego, pero de entrenamiento, con la pelea entre Cristóbal Campos y Ronnie Fernández, aunque en este caso no hubo sanciones deportivas, sino solamente una multa económica para ambos.
El DT reconoció su malestar por las constantes controversias. “Me molesta no poder contar con todos los jugadores, sobre todo cuando son cosas que no pasan en la cancha. Eso me frustra, me condiciona, porque no puedo tener a todos a disposición”, lamentó ayer en la conferencia de prensa previa a la semifinal de hoy.