Aunque aún falta un pronunciamiento de la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina de la ANFP, hasta el momento se puede decir que Deportes Antofagasta perdió la categoría. Lo que falta por definir es si finalmente se ratifica el triunfo 3-0 de Palestino por secretaría, a raíz de la recordada polémica del sábado 15 de octubre, cuando la municipalidad de Antofagasta no le abrió las puertas del estadio Bicentenario Calvo y Bascuñán a los “Pumas” por una onerosa deuda.
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Ante dicho panorama, el alcalde de Antofagasta, Jonathan Velásquez, lamentó el descenso del CDA, pero al mismo tiempo defendió su determinación de no facilitar el estadio para aquel compromiso con Palestino. “Yo no soy el que sale a jugar fútbol, ni fui el que se perdió los goles. Simplemente soy una autoridad que les pidió pagar la deuda”, afirmó el jefe comunal en entrevista con Deportes 13.
“Me da mucha pena que el club que lleva el nombre de la ciudad que represento baje a la Primera B, pero en realidad hace bastante tiempo dejó de ser el club de los antofagastinos. Solamente lleva el nombre desde que se transformó en una empresa privada”, complementó.
Al profundizar en sus argumentos, Velásquez estableció que “Deportes Antofagasta es uno de los clubes que más dinero recaudó, pero nunca hizo una inversión. Y bueno, ni siquiera invirtieron en una lavandería. Siempre lavaron la indumentaria en los baños del estadio. Eso dice mucho”.
Por lo mismo, el alcalde antofagastino recordó que “ese sábado yo tenía el estadio comprometido para un torneo de atletismo. Entonces no los podía sacar por el CDA. Si el alumno sacó malas notas todo el año y después tenía que pasar con un 4, pero sacó un 3,9, no es culpa del profesor ni del apoderado”.
En la misma línea, Velásquez recalcó que “mi función como alcalde es que todos cumplan por igual. Si alguien de bajos recursos no tiene para pagar un gasto fúnebre, ahí puedo hacer una excepción, pero acá estamos hablando de un equipo que ganó más de cinco mil millones en los últimos tres años. No puedo hacer excepciones”.
Para cerrar, dejó las siguientes palabras: “Solo quiero que al club le vaya bien, que la gente sea feliz, pero también quiero que el equipo se ponga la camiseta por la ciudad. Y qué mejor manera de hacerlo que desocupar los espacios tomados y pagar el dinero. Son 400 millones, imagínense todas las cosas que podría hacer por el bien de la comunidad”.