Los partidos de octavos de final de Argentina y Francia fueron bastante parecidos. Mientras los transandinos no hacían nada ante Australia, los galos eran emparejados y hasta superados por Polonia.
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Entonces, en el llamado “Mundial de las estrellas”, aparecieron las figuras. Lionel Messi hizo su clásico gol de derecha a izquierda y Kylian Mbappé se mandó una habilitación determinante para Olivier Giroud.
Después vino el destape, con innecesario cierre angustioso para los argentinos y con show de “Donatello” para los franceses. Los astros han estado a la altura de las expectativas.
Ahora, a nivel de equipo, hay poco que rescatar. No es casualidad que ninguna selección haya conseguido puntaje perfecto en la fase de grupos, teniendo en cuenta, eso sí, que varias botaron el tercer encuentro.
Quizá lo más destacable en cuanto a funcionamiento grupal sea lo hecho por Inglaterra y España. Así como la “Albiceleste” y los “Bleus” gozan de sus cracks, también los tienen británicos e hispanos, aunque con el matiz de que cumplen un rol más colectivo.
Harry Kane y Sergio Busquets son verdaderos cerebros de sus escuadras, rodeados por jóvenes ágiles que se les mueven por todos lados para aprovechar su visión de juego. Pese a su tanto de ayer, el delantero inglés ha resignado buena parte de su faceta goleadora en pos del conjunto.
Brasil, sin brillar, se instaló cómodo en la ronda de los 16 mejores, pero está lejos de haber confirmado el favoritismo que le daban las casas de apuestas. Con Neymar disponible, llegó la hora de demostrar.