La irrupción de Fernanda Ovalle en la primera línea del baloncesto secundario estadounidense hizo que los seguidores de la actividad empezaran a poner atención en la NCAA, la competencia universitaria a la que la seleccionada chilena saltó en septiembre pasado, como parte del plantel de Xavier, una de las casas de estudio tradicionales de la División I. Sin embargo, hay otra deportista nacional que ha hecho buena campaña en los parqués del principal torneo universitario. Isabel González lleva también algunos años en Norteamérica, y es uno de los pilares de las “Águilas” de Morehead State.
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Formada en los talleres de básquetbol del colegio Boston College de Maipú, destacó a temprana edad, saltando rápidamente a brillar en los Juegos Nacionales Escolares y, como campeona chilena en dichos torneos, en los Sudamericanos Escolares, además de ser seleccionada de Santiago. Como consecuencia de todo ello, llegó a ponerse la “Roja”.
Fue precisamente en una gira del combinado nacional adulto a Miami y Tenerife, cuando surgió la posibilidad de emigrar. Los veedores de las universidades detectaron su talento y fue reclutada para jugar en un Junior College de Oklahoma, en la NCJAA. El técnico Jamie Fisher, de Connors State College, la sumó a sus filas, mientras González completaba los dos años de su Bachillerato en Ciencias. Al terminar la segunda temporada, fue solicitada por la UIC de Chicago, de la División I de la NCAA, donde jugó para el “coach” Tim Valentine. Sus buenas actuaciones llamaron la atención de la entrenadora Cayla Petree, instalándose en su actual universidad, en Kentucky, donde encara el último tramo de la temporada.
“Tenemos grandes expectativas. Hemos trabajado mucho como equipo y esperamos estar dentro de las protagonistas de la conferencia. En total, tendremos 18 juegos en la fase regular y estamos convencidas de que podemos disputar los primeros lugares”, anticipa la jugadora formada bajo la batuta técnica de Juan Miranda Osorio y Juan Miranda Brenet en su colegio de Maipú. El nivel del equipo, asegura, da para ilusionarse y soñar con ser parte de la “Locura de Marzo”, la postemporada del supercompetitivo básquetbol universitario. “Creemos que podemos avanzar. Nuestro primer objetivo es luchar por el campeonato de conferencia y, luego de eso, seguiremos trabajando para llegar lo más lejos posible”, afirma.
“Estoy bastante contenta. Llevo dentro del quinteto titular los últimos ocho partidos, sumando 20 minutos por juego y aportando en el aspecto defensivo, que es lo que más requiere mi entrenadora de mí. Me toca controlar a las jugadoras más altas de los otros equipos, todas sobre el metro noventa en estatura. Estoy trabajando para poder aportar más en la ofensiva, ya que siempre he sido una jugadora que busca a la compañera mejor ubicada, pero hace algunos juegos tuve una muy buena noche, convirtiendo cinco triples de un total de seis intentos”, repasa la cestera.
González se gradúa de Psicología en unos meses. Con ello, debería cerrar su paso por la NCAA. Sin embargo, el panorama podría variar.
“Me queda muy poco para terminar mi carrera. En mayo finalizo. Pero la NCAA, producto del covid, brindó un año de gracia, así que recibí la oferta de mi universidad para realizar un Magíster”, confiesa. Así, la estadía en Kentucky podría extenderse un año más. El Draft para llegar a la WNBA también es una esperanza para la chilena. “Son palabras mayores, pero no me cierro a nada. Eso sí, estamos hablando del mejor baloncesto profesional a nivel mundial”, asevera, al tiempo de contar que su trayectoria deportiva podría depositarla en el profesionalismo en otras latitudes. “Tengo algunas ofertas para jugar en Italia, Portugal y Brasil, pero estoy enfocada al 100% en finalizar mi carrera y llegar lo más alto con mi equipo”, comenta.
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Entremedio, eso sí, podrían estar los Panamericanos de Santiago 2023, donde el quinteto local tiene un cupo asegurado. Sin embargo, González no ha sido considerada en las nóminas de la “Roja”.
“Siempre he estado disponible para representar a mi país. Es un gran orgullo y un honor. Más aún cuando es en tu casa. Pero la verdad es que desconozco los motivos por los que no he sido nominada, pero me he dedicado a trabajar duro en Estados Unidos y he crecido mucho en mi juego”, dice desde Kentucky.
González ha sido la primera en instalarse en la División I de la NCAA. Como tal, es voz autorizada para guiar a quienes aspiran a llegar a ese nivel.
“Ha sido una experiencia maravillosa, pero de un alto grado de sacrificio. Tener que luchar por mantener tu nivel académico y aprobar todos tus ramos, combinado con seis horas de entrenamientos diarios y dos juegos a la semana, es realmente complejo, pero enriquecedor. Es complejo dar consejos, pero si tuviese que hacerlo, es que hay que trabajar de la misma forma que ha impulsado a una jugadora hasta ese nivel. En el caso de Fernanda Ovalle, por ejemplo, es una excelente jugadora y merece estar en el nivel que está. Siento gran orgullo al ver que hoy ya somos dos jugadoras chilenas en la élite del básquet universitario y el próximo año se suma Macarena Retamales en una universidad de Florida, así que también mis felicitaciones para ella”, cierra González.
Así es el deporte universitario estadounidense
La National Collegiate Athletic Association (NCAA) es una asociación compuesta de 1.281 instituciones educacionales y organiza la mayoría de los programas deportivos universitarios en Estados Unidos. Con sede en Indianápolis, su misión es garantizar el correcto funcionamiento de los programas con los que cuentan las casas de estudio, velando por el cumplimiento de estrictas normas, como que los deportistas no sobrepasen el límite de horas de entrenamiento o no se pierdan ninguna clase por entrenar.
Las competencias de la NCAA, 23 en total, son consideradas como la cantera de las ligas profesionales del país, como la NBA o la NFL, ya que la mayoría de los jugadores de éstas pasan antes por el deporte universitario.
Desde 1973, la NCAA está dividida en tres divisiones, segmentadas por número de estudiantes, y presupuesto que invierten en becas y programas deportivos. La División 1 tiene 345 universidades, entre públicas y privadas, y es donde más presupuesto se dedica a becas, con todos los deportistas subvencionados íntegramente. En la División 2 hay 417 colleges, con mayor presencia de privadas y sólo la mitad de los deportistas accediendo a prebendas en la escolaridad, siendo este grupo de universidades el que concentra el grueso de los deportistas extranjeros que compiten en la NCAA. La División 3 es la más grande, con 438 casas de estudio, predominantemente pequeñas y privadas, donde no se ofrecen becas deportivas.