La selección chilena volvió a protagonizar un papelón en el Sudamericano Sub 20. Con su derrota del sábado por la cuenta mínima a manos de Venezuela, quedó fuera del hexagonal final en Colombia, objetivo mínimo que asomaba como accesible luego de conocerse el sorteo de la fase de grupos, donde evitó a Brasil, a Argentina y al local.
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Ya con el torneo en marcha, y pese a una humillación ante Uruguay, el panorama para la “Rojita” era favorable. Hasta le servía un empate contra los “llaneros” en la última fecha, pero ni eso pudo conseguir.
El balance es totalmente negativo, ya que el equipo nacional sólo fue superior en el juego a Ecuador (terminó 1-1), mientras que fue vapuleado por los “charrúas” (0-3), le ganó injustamente a Bolivia (1-0) y perdió merecidamente frente a la “Vinotinto” (0-1). Apenas dos goles en 360 minutos hablan de la paupérrima actuación del conjunto comandado por Patricio Ormazábal, quien aportó al desastre con las cuestionadas suplencias de sus dos grandes figuras, Lucas Assadi y Darío Osorio, sin dar explicaciones satisfactorias al respecto.
Una década para el olvido
Lo del conjunto de Ormazábal, lamentablemente, no es una excepción, sino una tendencia. Desde el 2013, cuando el equipo de Mario Salas clasificó al Mundial de Turquía y llegó hasta los cuartos de final, el combinado chileno sub 20 sólo sabe de papelones.
En cuatro ediciones del certamen, ni siquiera estuvo cerca de llegar a la cita planetaria, ya que siempre quedó eliminado antes del hexagonal. En el 2015, con Hugo Tocalli en la banca, y en el 2017, con Héctor Robles, remató como colista de su grupo.
En el 2019, también con el “Choro” al mando, y ahora, con el “Pato”, concluyó cuarto entre cinco escuadras. Esta década para el olvido se agrava por el hecho de que en la edición anterior, nuestro país fue el anfitrión.
De las 10 selecciones sudamericanas, solamente Chile y Bolivia se quedaron fuera de todos los hexagonales en estos 10 años. El elenco criollo supera únicamente a los “altiplánicos” en el frente a frente por quién es el peor del continente en la categoría.
En las versiones recientes del campeonato juvenil, el cuadro nacional acumula apenas tres triunfos, además de cuatro empates y nueve derrotas, para un paupérrimo 27% de rendimiento. La “Rojita” se va haciendo cada vez más chica dentro de Sudamérica.
