Jaime García se ha ganado el respeto del medio futbolístico nacional, tanto por sus buenos resultados deportivos, como también por su manejo en el ámbito grupal y personal con los jugadores.
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Y si bien siempre se ha mostrado como un entrenador cercano a sus jugadores, a la hora de imponer disciplina es implacable. Así lo demostró con una de sus últimas decisiones en Ñublense.
Para el partido ante Audax Italiano, por el repechaje de la Copa Sudamericana, García “cortó” a Jorge Henríquez y Patricio Rubio. El primero por un acto de indisciplina extrafutbolístico y el segundo por desobedecer una orden médica, al jugar pádel pese a tenerlo prohibido, a raíz de una operación al codo que se sometió el año pasado.
Consultado por estos casos luego del partido con Audax, el “Búfalo” respondió de forma categórica, aunque no quiso referirse a los implicados con nombre y apellido.
“Las puertas de la micro están abiertas para subir y para bajar. El que quiera estar arriba y enmendar el rumbo hasta donde llegue la micro, hay asientos. El que no quiere, la puerta de atrás también está abierta”, manifestó.
“Todo comportamiento o acto siempre tiene consecuencias”, remarcó.
En cuanto a lo que viene en estos casos, el oriundo de Cartagena estableció que “con un jugador se tiene que conversar, con el otro es un tema técnico”.
