Roberto Tobar asumió el Comité de Árbitros en un momento candente. Javier Castrilli había salido en medio de la polémica con el gremio, luego de que el “Sheriff” argentino desalentara a una docena de jueces, y tan pronto colgó el pito y las tarjetas, el exinternacional encaró la misión de liderar un área que siempre es objeto de escrutinio.
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Sin embargo, tras siete meses en el cargo, la última semana fue particularmente crítica para el estamento que encabeza, con algunos polémicos fallos en cancha, que terminaron determinando resultados, y con una sanción del Tribunal de Disciplina contra Cindy Nahuelcoy y Loreto Toloza, quienes pasaron de acusadoras a acusadas, y cuya suspensión generó una airada reacción del antecesor de Tobar en el cargo.
El jefe de los réferis, en todo caso, no escabulle los temas y, como si se tratara de un partido más, responde ante los cuestionamientos del momento.
Esta semana fue particularmente crítica con el rendimiento de los árbitros en cancha. ¿Se asume que fue una coincidencia, con problemas puntuales pero simultáneos en la fecha, o que es parte de un problema mayor?
-Se debe poner en contexto que los problemas -evidentes, por cierto- se produjeron de manera específica, en dos partidos. Ahora bien: por su notoriedad, es innegable que esto trasciende y opaca a los otros muy buenos arbitrajes y correctas decisiones de los árbitros en los demás partidos de la fecha, en todas sus categorías. Esto nos obliga a seguir reforzando el trabajo que se realiza para minimizar la tasa de errores, porque sabemos que no podemos fallar. El fútbol no acepta el error arbitral.
¿Cómo interpreta las opiniones de Javier Castrilli, respecto de las sanciones a dos árbitras?
-Soy una persona muy respetuosa de las opiniones de otros y, por ello, no juzgo intenciones. Sin embargo, me queda la sensación de que existe de su parte un alto grado de desconocimiento sobre el proceso y sus antecedentes, pues el fallo del tribunal, que es autónomo, es contundente, muy robusto y deja en claro qué fue lo que ocurrió, cómo se gestó la idea y con qué propósitos.
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¿Siente que el fallo del Tribunal de Disciplina fue apropiado?
-El fallo es tan contundente y unámine entre los integrantes del tribunal, que no deja dudas sobre lo que ocurrió y por ello es también la sanción que se impone.
¿Cree que el Tribunal pudo esperar una semana antes de emitir la sanción, esperando una semana menos convulsionada para su Comité?
-El Tribunal de Disciplina es autónomo y, por tanto, tiene plena libertad para que los procesos se desarrollen durante el período que sea necesario para la investigación. Y, del mismo modo, tiene absoluta libertad para emitir sus fallos en el momento que lo estime. A la Comisión de Árbitros, y a los árbitros en general, sólo debe ocuparnos la mejora continua, el reforzamiento de la labor técnica para procurar que los errores sean mínimos. No somos un órgano llamado a establecer si es necesario, o temporalmente conveniente, que se dicte alguna resolución.
Pasando a los problemas de la fecha pasada, ¿por qué un juez Fifa, como Cristian Garay, no hace caso a la recomendación del VAR?
-La labor arbitral es compleja, porque son personas quienes desarrollan el trabajo cada fin de semana. Tanto los árbitros de cancha como los que están en la cabina (del VAR) tienen la misma misión de brindar un trabajo de calidad, velando porque se imparta la justicia deportiva y, frente a ello, luego de un error, se debe levantar cabeza y seguir trabajando para enfrentar el próximo partido, cuando corresponda, con el mayor de los profesionalismos. Todo es trabajo y existen diferentes aspectos que se trabajan: lo físico, lo técnico, el autocuidado, el aspecto psicológico. Es parte de nuestros deberes como encargados del arbitraje velar porque los árbitros reciban esas herramientas para que su trabajo se desarrolle de la mejor manera posible, en los estándares que el fútbol espera de nosotros.
A estas alturas debe parecer que cualquier partido, por bravo que sea, es más sencillo que dirigir el Comité de Árbitros. ¿Ha sido muy difícil este desafío?
-Indudablemente que estar a cargo de los árbitros es una tarea de la mayor relevancia. Pero confío en las capacidades que esta comisión tiene para dirigir y entregar al grupo de árbitros lo mejor de la experiencia acumulada a lo largo de los años en todas las facetas. Hoy nos toca desempeñar un rol diferente a lo que era dirigir un partido, que culminaba con el pitazo final. Ahora, el partido es permanente, no hay pitazo final y eso es lo que nos obliga también a estar permanentemente atentos, expectantes, porque los árbitros tienen necesidades, deben ser instruidos, entrenados, supervisados, cosa que durante el último tiempo se había perdido, pero que con mucha energía estamos desarrollando nuevamente desde que comenzamos este proceso a principios de año. En general, ha sido una experiencia enriquecedora.
Y la última. A partir de la frase de Pablo Pozo: ¿Tiene el fútbol chileno el arbitraje que se merece?
-Como todas las actividades, el arbitraje requiere de un perfeccionamiento constante y permanente, donde es obligación por nuestra parte entregar a nuestros árbitros todas las herramientas para que su desempeño sea el mejor. No podemos quedarnos con lo poco que otras gestiones pudieron haber hecho, porque el fútbol siempre espera lo mejor del arbitraje.