Hace casi exactamente dos años, el París Saint-Germain presentaba a uno de los planteles más potentes de todos los tiempos. El 14 de agosto del 2021, ante un Parque de los Príncipes repleto, posaban con la misma camiseta otrora capitanes del Barcelona, Lionel Messi, del Real Madrid, Sergio Ramos, y del Liverpool, Georginio Wijnaldum, además del reciente arquero campeón de la Eurocopa, Gianluigi Donnarumma, y del mejor lateral derecho del mundo, Achraf Hakimi.
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Ese puñado de estrellas se sumaba a un equipo que de por sí era muy fuerte, pues, entre otras figuras, tenía en sus filas nada más y nada menos que a Kylian Mpabbé, monarca orbital en Rusia 2018 y el jugador con más potencial a nivel planetario. Por si fuera poco, también integraba la escuadra un tal Neymar, el traspaso más caro en la historia del fútbol.
Con semejante cuadro, parecía “coser y cantar”. En la teoría, la primera Champions League para el PSG estaba al alcance de la mano, pero en la práctica, no estuvo ni cerca, quedando eliminado en los octavos de final de las últimas dos campañas, donde los hinchas tuvieron que conformarse con los títulos de la Ligue 1 y una Supercopa local, que suelen ser meros trámites dadas las enormes diferencias presupuestarias con sus rivales domésticos.
Debido a las altas expectativas no satisfechas, la furia de los fanáticos se hizo sentir y empezó a tener efectos en la plantilla. Pifiado por la gente, “Leo” no quiso activar el tercer año adicional que estipulaba su contrato y se fue al Inter Miami, durante los mismos días que salió Ramos, hoy sin club.
Así, un par de temporadas después de esa presentación rimbombante, el multimillonario proyecto encabezado por el catarí Nasser Al-Khelaifi se cae a pedazos. Otros dos astros están en ascuas respecto a su futuro.
Si bien Mbappé tiene un vínculo hasta mediados del 2024 y acaba de comunicar que pretende cumplirlo, en la institución parisina quieren venderlo, para obtener alguna ganancia, o que renueve, algo que no se ve factible. Enojados por un supuesto preacuerdo para irse gratis a Madrid, lo apartaron del grupo, sacaron su gigantografía del estadio y quitaron su apellido de los productos que hay en la tienda oficial.
“Ney” tampoco seguiría, ya que el elenco galo le avisó que no cuenta con él para la temporada venidera. De esta manera, facilitarán la negociación para su retorno al Barcelona, un anhelo que el futbolista tiene desde hace un buen tiempo.
Con este panorama, el nuevo entrenador, Luis Enrique, buscará la soñada “Orejona”. Para ello ya tiene, entre otros, a Marco Asensio, ex “merengue”, y Ousmane Dembélé, ex “culé” que ayer pasó los exámenes médicos, quienes llegan sin las luces que tuvieron en su momento Ramos, Messi y compañía.