Cuenta un dirigente de un club capitalino que, en el pasado mercado de invierno, fueron a Argentina en busca de fichar a un lateral. El intento de repatriación falló: el jugador rechazó una oferta que incluía un sueldo de 20 mil dólares mensuales, que lo dejaba posicionado como uno de los mejor remunerados en un plantel bien pagado. A poco andar, el futbolista partió del balompié transandino y, en la operación, terminó con un sueldo menor al que le ofrecían por volver a Chile. Arrepentido y suplente en su nuevo destino, mandó el mensaje de que estaba dispuesto a escuchar una nueva propuesta durante esta pretemporada. Cuando se sentaron a negociar, ahora el zaguero duplicó su apuesta y pidió el doble que hace unos meses.
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Ante eso, desde el equipo santiaguino agradecieron la disposición y se abocaron a buscar alternativas para llenar la plaza de la banda, mascullando la rabia y pensando en que la idea de jugar con seis extranjeros no parece tan descabellada ante la carencia de alternativas probadas en las cartas nacionales.
Como segundo ejemplo, quienes incluso votan en contra de la iniciativa de sumar una ficha foránea exponen el conocido caso de Luis Casanova. El defensor central de Universidad de Chile cobraba siete millones de pesos mensuales. Azul Azul le ofreció un aumento del 100 por ciento para la renovación de contrato que aún se negocia. Sin embargo, el que fuera capitán “laico” en la pasada campaña encontró insuficiente la propuesta y pidió 25 millones mensuales… Por eso, aún no hay acuerdo, que, en ese escenario, se ve lejano.
Al atardecer del martes, en el primer día hábil del año, los presidentes de clubes se reunieron para debatir la medida, que cambia la norma de extranjeros permitidos por equipo, aumentando de cinco a seis el número. Y, pese a la polémica que ha generado, poniendo en pie de guerra al Sindicato de Futbolistas Profesionales, no todas las instituciones se hicieron presentes en la cita, donde se confirmó la medida que sube las fichas del exterior.
El principal argumento apunta a mejorar el rendimiento, sobre todo a nivel internacional. Por lo menos, así la justifican desde la vereda de los clubes que votaron a favor de la medida.
“Fundamentalmente, lo que se pretende es aumentar la competitividad interna de la liga y, sobre todo, la competitividad internacional de los equipos chilenos. Esto lo entendemos en beneficio de la competitividad general, aunque, en la práctica, nuestro club no utiliza la totalidad de los cupos para extranjeros adultos, como parte del plan estratégico institucional que se llevó adelante hasta ahora”, dice Victoriano Cerda, presidente del campeón, Huachipato.
Pero más allá de las declaraciones de principios, bajo cuerda no son pocos los dirigentes que apuntan a un proceso inflacionario en los contratos de los nacionales, producto de las acotadas alternativas. Escasez de talentos probados han generado un amago de crisis alcista en los sueldos, tal como lo ejemplifican con el caso de Casanova o del lateral que se desempeña en el extranjero.
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Así, aumentar la cantidad de foráneos asoma como una medida para compensar ese sobreprecio que se estaría generando en los puestos locales.
Cerda, en todo caso, relativiza el argumento. “Tenemos mucho talento nacional. Nuestro club acaba de campeonar con una enorme mayoría de jugadores nacionales y con el plantel de menor edad promedio del fútbol chileno. Ésa es la realidad de nuestro club, pero en todos los clubes hay mucho talento joven y chileno”, enfatiza el controlador de Huachipato.
Mientras, el Sifup mantiene su postura de alerta, con la opción de paralización más vigente que nunca. “La movilización y la puesta en alerta de nuestro gremio continúa en pie. Ya hablamos con los capitanes y lo más probable es que tengamos resoluciones pronto”, asegura Gamadiel García, presidente de la entidad, quien no suscribe para nada la tesis de la carencia de alternativas locales, además de mostrar su disconformidad con la atención de la dirigencia al asunto.
“Como sindicato, nos parece insólito que en la reunión convocada el día de ayer (martes), a pesar de la situación delicada y extrema que se está viviendo, no tuviera una convocatoria del 100 por ciento de las instituciones que componen el Consejo de Presidentes de la Anfp”, sentencia García.
En todo caso, por estos días, Nicolás Córdova, jefe técnico de las selecciones nacionales juveniles, asegura que “el problema no son ni seis, ni dos, ni tres extranjeros. El problema es cómo estamos preparando a nuestros jugadores”.
Para el DT que prepara a la “Roja” Sub 23 preolímpica, el análisis tiene que ser enfocado en “cuántas canchas tenemos en los clubes, cuántos balones, si tenemos la infraestructura, cuántos jugadores juegan por categoría. El problema es otro”.
“No hay que ver qué es lo mejor para un club. El asunto es ¿qué es lo mejor para el fútbol chileno? Creo que ese debate todavía no lo hemos tenido”, remata Córdova.