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“Temí que me pasara algo”: judocas cubanos relatan cómo vivieron la fuga de la delegación de su país para pedir asilo en Chile tras competir en Panamericano

Héctor San Román y Naomis Elizarde desertaron de la nación caribeña aprovechando su viaje a nuestro país el pasado fin de semana.

El pasado fin de semana se disputó en el Estadio Nacional de Santiago una nueva edición del Campeonato Panamericano y Oceánico de Judo, torneo de artes marciales que generó interés no sólo por los competidores de alto rendimiento que participaron, sino que porque se convirtió en el escenario para que dos judocas cubanos desertaran de su país para pedir asilo en Chile.

Se trata de Naomis Elizarde, de 27 años, y medallista en la competencia; y su compatriota, de 24 años, Héctor San Román, quienes entre domingo y lunes tomaron con sigilo sus maletas desde la concentración de su delegación para escapar al régimen de su país.

Los detalles de su fuga y el asilo en Chile

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“El domingo, después que terminamos de competir, mis compañeros se fueron a almorzar, momento que aproveché para salir corriendo de las instalaciones del estadio. Sólo llevaba mi maleta y a la salida me encontré con Lidier Vergara, jugador de balonmano cubano, que se fugó en 2023 para los Juegos Panamericanos”, inicia San Martín, que en diálogo con lun.com recuerda, aún impactado que en ese momento “me subí a un taxi, pero me tuve que bajar, porque el conductor se estaba estacionando”.

“Salí corriendo, mientras miraba para atrás por temor a que me siguieran”, reconoce. “Al llegar al siguiente semáforo, me paró otro taxi, que me llevó hasta el Metro. Bajé hasta bien abajo. Estaba nervioso, pero mi amigo, finalmente, me llevó al lugar donde se está quedando”, puntualiza.

Los motivos tras su decisión, San Martín los resume en que “mi situación en Cuba era un poco tensa, porque tenía muchos problemas y nada de libertad. No podía salir del país, ni siquiera de turista. Tampoco podíamos hablar, siempre callados, a pesar de que las cosas estaban mal hechas. No podía hacer contratos por mi cuenta, sólo a través del Estado”.

Ya instalado en nuestro país, a la espera de que se revise esta semana su petición de asilo político en Chile, el judoca caribeño cuenta que la radical decisión que tomó se la contó a sus padres, a quienes “les avisé cuando estaba en un lugar seguro y los jefes ya no podían intervenir”.

“Primero le avisé a un familiar para que visitara a mi madre y le contara, porque no quería que supiera por teléfono, pero después llamé a mi padre. Todo fue muy triste y doloroso, pero todo lo hago por tener un mejor futuro para ellos y también para mí. Ahora quiero estabilizarme y seguir mi carrera deportiva en Chile. Quiero conseguir para este país medallas panamericanas, mundiales y olímpicas. Siempre supe que Chile es un país maravilloso”, aseveró el atleta cubano.

Su decisión fue la que finalmente inspiró a Elizarde, quien un día después de la fuga de su compañero de delegación deportiva, se armó de valor para desertar de su país.

“Lo mío fue el lunes. Me levanté tempranito. Había hablado con una amiga y ella me mandó un taxi. A las seis y media de la mañana salí del hotel con mi maletín. Mi amiga, que también es cubana, me recogió y me llevó para su casa”, indica Naomis.

“Con su huida (la de San Martín) tomé la decisión y también había hablado con unas amigas que estaban en Canadá. Ahí pensé que no quería regresar a Cuba”, puntualiza la judoca, quien tiene como principal objetivo “conseguir mis papeles y lograr estabilidad”.

“Y si Dios quiere, seguir en el lío del deporte y tener un mejor futuro”, agrega la deportista.

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“Al principio estaba un poco nerviosa, pero ya me siento mucho mejor. Todo está más en calma. La delegación cubana ya se fue. Llegaron a Cuba ayer (lunes) en la tarde. Mi mamá tampoco sabía. Estaba un poco nerviosa y tenía miedo de que me pasara algo”, finaliza.

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