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El impacto de la neuronaturaleza en la práctica del senderismo: 9 imperdibles lugares en Chile que aportan a la salud mental y física

En el mundo la práctica de esta disciplina deportiva se ha extendido con los años, y en nuestro país, la variedad de paisajes es un imán para sumar más especialistas.

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Más allá de mejorar la resistencia física, la práctica del senderismo activa procesos cerebrales clave como la creatividad, la memoria y la regulación emocional. Evidencia de ello es que neurociencia respalda que el caminar por la naturaleza es una forma poderosa de cuidar la mente.

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Uno de los mayores beneficios de esta disciplina deportiva al aire libre es el impulso a la creatividad. Caminar en entornos naturales despeja la mente y favorece la generación de ideas.

El aporte del montañismo y senderismo a la salud

Un estudio de las universidades de Utah y Kansas mostró que, tras varios días sin tecnología, las personas mejoraron en un 50% su capacidad para resolver problemas creativos, gracias a una atención más relajada y espontánea.

La Teoría de la Restauración de la Atención (ART), de Stephen y Rachel Kaplan, explica este efecto: estímulos suaves como el viento o las hojas permiten que la mente descanse, reduciendo la fatiga mental y facilitando funciones como la introspección y la planificación.

El senderismo también fortalece la memoria y estimula la neuroplasticidad. Caminar en la naturaleza promueve la neurogénesis en el hipocampo, clave para el aprendizaje, al aumentar el flujo sanguíneo y liberar factores que generan nuevas neuronas y conexiones sinápticas.

Además, reduce el estrés oxidativo y la inflamación, mejora la concentración y potencia habilidades cognitivas como la toma de decisiones, al alejarnos de los estímulos artificiales y activar una atención más descansada.

Finalmente, caminar en la naturaleza mejora el estado de ánimo. Estudios revelan que disminuye la actividad cerebral asociada a pensamientos negativos repetitivos. Una investigación de la Universidad de Stanford comprobó que quienes caminan en la naturaleza presentan menos rumiación mental y niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés.

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“Nos encanta que cada vez más gente se anime a hacer trekking, no sólo como ejercicio, sino como una forma de conectar con la naturaleza y sentirse mejor en sus rutinas”, destaca Nicolás Pivcevic, Business Unit Manager de Columbia Chile, una de las compañías asociadas al vestuario utilizado para esta práctica deportiva.

Tan involucrados están en esta experiencia, que más allá de la promoción de sus productos, en la empresa han promovido la “Hike Society”, una comunidad global dedicada a promover el senderismo como práctica de conexión, conciencia ambiental y bienestar colectivo.

A través de rutas grupales y actividades locales, buscan acercar esta experiencia a personas de todos los niveles, fomentando una cultura de outdoor más inclusiva y consciente.

¿Dónde practicar este deporte en Chile?

Ahora, si hablamos de escenarios únicos para practicar el senderismo, Chile tiene una geografía privilegiada. Desde los bosques milenarios del sur hasta los cerros de la zona central y los valles del norte, el país ofrece rutas que invitan a reconectar con la naturaleza de forma respetuosa, segura y adaptada a diferentes niveles. Varios de ellos, de amplia recomendación para quienes busquen iniciarse en esta disciplina, y para las más expertos, una ruta obligatoria en su recorrido.

1.- En la zona central, el Parque Nacional La Campana, en Valparaíso, es uno de los más emblemáticos del país. Su sendero “El Andinista”, de alta dificultad, permite ascender hasta la cima del cerro La Campana.

Con siete kilómetros de recorrido, es ideal para quienes buscan un desafío físico acompañado de vistas únicas del océano Pacífico y la cordillera de los Andes.

Para recorrerlo, los expertos recomiendan partir antes de las nueve de la mañana, llevar al menos dos litros de agua, snacks, gorro y protector solar. Cabe destacar que el sendero no está habilitado en verano por riesgo de incendios forestales.

2.- También en la zona central, pero en pleno Santiago, el Parque Aguas de Ramón ofrece el popular sendero Salto de Apoquindo. Esta ruta de 17 kilómetros, ida y vuelta, de dificultad media, es ideal para quienes buscan una experiencia completa sin salir de la ciudad.

Con baños, zonas de picnic y señalética clara, se recomienda llevar bastones, ropa cómoda pero resistente, y hacer el recorrido en grupo para mayor seguridad.

3.- Otra opción urbana muy conocida es el Cerro Pochoco, en Lo Barnechea. De dificultad media, esta ruta de 4,5 kilómetros es perfecta para quienes quieren realizar una escapada de medio día.

Con pendientes exigentes en su tramo final, se sugiere llevar linterna frontal si se baja tarde y abrigo incluso en verano, debido a la variabilidad climática.

4.- Hacia el sur, el Parque Nacional Conguillío, en la Región de la Araucanía, ofrece el espectacular sendero Sierra Nevada. Con una extensión de 11 kilómetros y dificultad media, este recorrido regala vistas al lago Conguillío y al volcán Llaima, rodeado de bosques de araucarias.

El otoño es una temporada especialmente recomendada por la intensidad de los colores. Debido al clima lluvioso, es clave llevar ropa impermeable y una cámara para registrar la biodiversidad.

5.- En la Región de Los Ríos, la Reserva Biológica Huilo Huilo invita a una caminata contemplativa por el Sendero del Espíritu. Con solo un kilómetro de extensión, este recorrido de baja dificultad es ideal para familias y adultos mayores.

Las pasarelas de madera entre árboles milenarios, la señalética interpretativa y las zonas de descanso permiten una experiencia inmersiva en plena naturaleza.

6.- Ya en la Patagonia, el Parque Nacional Torres del Paine, en Magallanes, destaca con la clásica ruta a Base Torres. Este trekking de 19 kilómetros, considerado de alta dificultad, puede tomar entre siete y nueve horas.

El esfuerzo vale la pena por la icónica vista de las tres torres de granito. Es fundamental llevar ropa por capas, bastones, comida energética y reservar con anticipación.

7.- Aún más al sur, en la Isla Navarino, se encuentra el exigente circuito de los Dientes de Navarino. Este recorrido de 53 kilómetros y cinco días de duración es solo para expertos en montaña, dada su dificultad, autonomía requerida y clima extremo. Se recomienda realizarlo con guía local, GPS offline y equipo técnico completo.

8.- Hacia el norte, el Valle del Elqui, en la Región de Coquimbo, ofrece una experiencia más mística y relajante. La ruta al cerro Mamalluca, de dificultad media, combina caminata con observación astronómica. Ideal para quienes buscan un momento de introspección, se recomienda llevar agua, lentes de sol y abrigo para el descenso.

9.- Finalmente, el Parque Nacional Pan de Azúcar, en la Región de Atacama, ofrece rutas como el Mirador del Guanaco y el sendero Costero Las Lomitas. De baja a media dificultad, permiten caminar entre cactus gigantes, observar fauna nativa y disfrutar de paisajes costeros únicos. Es esencial llevar abundante agua, protección solar y calzado adecuado, ya que el terreno es árido y pedregoso.

Ya sea en cerros cercanos o en rutas icónicas del país, lo importante es salir, respirar aire puro y moverse. Con el equipamiento adecuado (por ejemplo, el que ofrece la marca Columbia en nuestro país) y una actitud consciente, cualquier sendero puede convertirse en una experiencia transformadora.

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