Roberto Gutiérrez sinceró esta semana los motivos que tuvo para retirarse de la práctica profesional del fútbol en 2022, una decisión que aseveró haber tomado por la salud mental de su hija Maite, afectada por sus constantes cambios de residencia.
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En un íntimo diálogo con el programa “Te quiero ver”, de TNT Sports, el deportista formado en Universidad Católica y con pasos, entre otros clubes nacionales, por Colo Colo, Ñublense, Cobreloa y O’Higgins; o en México, con las camisetas de Cruz Azul Oaxaca, Tecos y Atlante, reveló las señales que evidenció en su hija y que lo llevaron a definir su retiro del profesionalismo.
La revelación de Roberto Gutiérrez
“Yo sentí que estaba dañando a mi hija y ahí tomé también la decisión de decir que no voy a jugar más fútbol profesional, salvo que llegue algo en Santiago o cerca para poder continuar”, reconoció el goleador, quien una vez finalizado su contrato con Cobreloa optó por el bienestar de su familia.
“En esa labor de papá sentía que a lo mejor le podía estar causando un daño y no quería. Cuando fui a Calama, acá el 2022, antes ya habíamos estado en Chillán y Rancagua, ella con conocimiento lógicamente”, relató.
Sentí que estaba dañando a mi hija y ahí tomé también la decisión de decir que no voy a jugar más fútbol profesional
— Roberto Gutiérrez
“Entonces, cuando llega a Calama, como a la tercera semana de estar en el colegio nos mandan a buscar como apoderados y nos dicen que Maite (su hija) había tenido actitudes que, a lo mejor por protocolo, había que llevarla a un psicólogo para ver qué estaba pasando”, explicó.
Tras esa primera alerta, indicó Gutiérrez, decidieron llevarla “a la psicóloga, y después de la primera terapia me manda a buscar a mí. Me preguntó cuál era mi trabajo y le dije que yo venía a la ciudad a representar al equipo de Cobreloa, porque juego fútbol profesional”.
“Ella (psicóloga) le preguntó a Maite en la terapia cuáles son sus amiguitos y le dijo que no puede tener amigos por culpa del papá”, recordó el delantero. “Porque ella tenía amigos en Chillán el año pasado y ahora ya no los tiene porque nos tuvimos que venir acá. Y que con los primos que tiene en Curacaví no puede jugar tampoco porque tiene que estar acá con el papá”, puntualizó.
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“Eso fue duro”, agregó Gutiérrez, quien en ese momento se armó de valor para asegurarle a su esposa que ese dría “el último año”, una promesa para no “sacar más” a su hija de su entorno de amistades. “Ni a ella (su esposa), como mujer, ni a mi hija en el proceso de poder tenerlas con más cambios”, expresó.
“Durante mi carrera profesional tuvimos varios cambios, así que ahí tomé la decisión de decirles que si salía algo en Santiago lo íbamos a tomar, pero si no, no íbamos a jugar más”, concluyó.