Nicolás Castillo recordó esta semana en el podcast de un excompañero en América de México el complejo momento que padeció a fines de 2019 luego de sufrir una trombosis en su pierna derecha, que casi le cuesta la vida y que por meses lo mantuvo alejado de la práctica profesional de fútbol.
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Fue en el programa del seleccionado azteca, Miguel Layún, que el formado en la UC contó con lujo de detalles el inicio de una pesadilla que le significó quedar al borde la muerte y con la incertidumbre de un improbable retorno a la actividad deportiva.
El triste recuerdo de Nicolás Castillo
Todo, luego de una definición por penales de su club (América) ante Monterrey, y en la que Castillo falló uno de los lanzamientos desde los 12 pasos.
“Voy a pegarle al penal y no pude ponerle el pie fuerte por un dolor que justo me viene (en su pierna derecha). Además, me lo atajan”, indicó el futbolista nacional, quien recordó que al finalizar “el torneo tenía dos opciones: operarme o parar tres meses. No me quería operar, pero conociéndome iba a volver y me iba a volver a doler. Así que dije operemos. Y en el posoperatorio me dio la trombosis”.
“Me operan el recto del cuádriceps, donde el doctor vio sangre y pensó que era residual, pero en verdad se había pasado a llevar la arteria. Entonces, al cerrar la operación, la arteria siguió sangrando internamente y se creó la trombosis en la arteria y las venas”, explicó el delantero, quien incluso reconoció no haberle dado la importancia que requería su intervención quirúrgica.
“Yo ni siquiera le avisé a mi familia de la operación, pues era ambulatoria, sólo estaba con mi preparador físico. Y cuando despierto no podía mover el pie. Le digo que no puedo mover el pie. Me empecé a asustar pues no podía moverlo y tenía la pierna hinchada. Llega el doctor, los paramédicos y llaman a alguien vascular y escucho ‘al quirófano’. Me cuentan al otro día que pegaron la arteria, la suturaron, pero era algo provisional, entre comillas”, relató.
“Yo dije: ‘Me pasó en el hospital’, y nunca le di el peso ni la importancia a esto. Quedé internado en terapia intensiva y a la noche siguiente me vuelve a sangrar, se me inflamó de nuevo. Llamé a los doctores y al quirófano de nuevo”, prosiguió con su relato el futbolista chileno, quien aseveró que “para que no siguiera sangrando, la doctora me presionaba la pierna y la cadera encima mío”.
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“Me anestesian, pero no me duermo a los dos segundos. Empezaron a rajarme, sentía que abrían, aunque no me dolía”, enfatizó Castillo, quien tras ello sinceró que “volví a terapia intensiva y me explicaron otra vez lo del sangrado, que se filtró algo por la arteria pues mueve mucha sangre”.
Al cerrar la operación la arteria siguió sangrando internamente y se creó la trombosis en la arteria y las venas
— Nicolás Castillo
“Esa noche ya le dije a mi familia que se vinieran. Estuve una semana en terapia intensiva y me explicaron lo que iba a pasar: me dijeron que no iba a jugar más fútbol, mientras yo estaba en una camilla. Mis papás me decían: ‘Estás vivo, agradécelo’. Pero en mi cabeza decía que iba a volver a jugar”, recalcó.
“Pasaron dos o tres semanas en habitación normal y me fui a mi casa a hacer ejercicios, me hacían curaciones. Dormía casi sentado por el tema del sangrado, pero estaba tan cansado, que un día me moví y luego veo el cubrecama todo rojo”, contó.
“Yo no sentía la pierna y llamé a mi familia. Fueron 40 minutos de mi casa al hospital. Ahí me iba desangrando, iba perdiendo sangre y me acordé cuando la doctora se puso encima mío y me apretó para que no sangrara, así que le dije a mi mamá que hiciera lo mismo. Lo hizo y me cayó sangre en la cara, así que sólo presionó la herida”, apuntó el delantero, quien al llegar al hospital indicó que “yo iba viendo negro, borroso, no veía bien a mi mamá. Ella me pegaba en la cara para que despertara”.
“Me contaron que viajaron contra el tránsito y llegué durmiendo al hospital, no sabía lo que pasaba. Desperté después todo conectado tras la operación, aunque ahí me dijeron que no me iría hasta salir caminando, pero justo vino la pandemia. Me dejaron un tiempo más, unos tres meses, hasta que llegué a mi casa y empecé la rehabilitación. Yo pesaba 80 kilos y salí del hospital pesando 55-60 kilos”, recordó.
El anhelado regreso de Nicolás Castillo
Si bien su delicado estado apuró tanto a especialistas como a dirigentes de América para augurarle su retiro definitivo del profesionalismo, Castillo insistió en su deseo de regresar a las canchas, llegando incluso a consultar con médicos que le aseguraran su retorno al fútbol.
“Busqué al doctor que me dijera que volvía a jugar fútbol. La doctora que me vio no tenía el tacto de decirle a un jugador eso, sólo decían agradece que estás vivo, que tienes piernas y estás caminando. Pero yo decía que iba a volver a jugar. Con América fuimos a Estados Unidos, y me dijeron ahí ‘tomarás una aspirina de por vida y vuelves a jugar fútbol’. Fue un año yendo y viniendo a Atlanta, probando la pierna y la arteria para ver si resistía el alto rendimiento”, dijo.
En dicho proceso, incluso en una de sus intervenciones, recordó que “me pusieron una arteria más grande, de 12 milímetros, cuando lo normal es ocho milímetros, para que pasara más sangre”.
“Fue una etapa dura, pero linda. Crecí mucho y aprendí que cada cosa era a su tiempo. Quería correr y me decían que no podía”, profundizó el delantero nacional, quien sinceró su gran satisfacción al conseguir su retorno al fútbol con el club mexicano.
“En la primera pretemporada me sentía bien, ya no me molestaba. Empecé y volví a jugar, me acordé cuando en el hospital decía que iba a volver a jugar y me puse orgulloso. Antes lloraba contando esto, pero hoy ya lo superé, he pasado muchas cosas”, finalizó.