Universidad de Chile sí intentó quedarse con el estadio Santa Laura. La gestión ocurrió durante la administración de Carlos Heller en Azul Azul, cuando la dirigencia azul evaluó alternativas para cumplir un anhelo histórico: tener un estadio propio sin partir desde cero.
La información fue confirmada por Jorge Segovia, presidente de Unión Española, quien reconoció públicamente que desde la U se acercaron con la intención de comprar el recinto ubicado en la comuna de Independencia. La respuesta fue clara y definitiva: no.
Santa Laura, inaugurado en 1923, pertenece a Unión Española y es uno de los estadios más tradicionales del fútbol chileno. Pese a los rumores que han circulado por años, Segovia fue enfático en descartar cualquier venta, sin importar el contexto deportivo o económico del club.
La propuesta existió, pero nunca se negoció
Según explicó Segovia en declaraciones a El Deportivo de La Tercera, la conversación se dio cuando Carlos Heller era el controlador de Azul Azul. Aunque el dirigente hispano evitó revelar el monto de la oferta, sí dejó claro que no hubo espacio para negociar.
“El estadio no está en venta, ni el club tampoco”, señaló, descartando que Santa Laura pudiera transformarse en la casa definitiva de Universidad de Chile. Para la dirigencia de Unión Española, el recinto no es un activo comercial, sino parte central de la identidad del club.
Segovia también subrayó que Unión no es un negocio rentable para su grupo controlador y que, incluso en escenarios complejos, no consideran desprenderse de su patrimonio histórico.
El largo y frustrado camino del estadio propio de la U
El intento por comprar Santa Laura se suma a una larga lista de proyectos fallidos de Universidad de Chile para levantar su propio estadio. Desde la concesión de Azul Azul, La Pintana, Cerrillos, Pudahuel y La Cisterna han sido comunas evaluadas sin éxito.
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Uno de los avances más concretos ocurrió en La Cisterna, donde —según el expresidente de Azul Azul Federico Valdés— existían condiciones técnicas y financieras para iniciar el proyecto. Sin embargo, la oposición de las autoridades municipales de la época cerró definitivamente esa opción.
Valdés reveló además que había un fondo de 10 millones de dólares reservado exclusivamente para el estadio, el cual debía mantenerse intacto, pero terminó siendo utilizado para otros fines dentro de la concesionaria.
El presente: prudencia y silencio desde Azul Azul
Hoy, el discurso desde la dirigencia azul es distinto. El actual presidente de Universidad de Chile, Michael Clark, ha optado por un enfoque más reservado. Reconoce que el estadio sigue siendo una prioridad, pero insiste en que el error del pasado fue hablar antes de tiempo.
“Son proyectos que ilusionan al hincha, pero que no se han podido llevar a cabo”, ha señalado, dejando claro que cualquier avance se manejará de forma privada hasta que existan certezas reales.

