Durante el último capítulo emitido de La Divina Comida, el periodista Michael Roldán reveló el origen de su apodo Guagüito y cómo fueron sus inicios como panelista en el programa de farándula Intrusos. Así como de la experiencia de trabajar con la hoy diputada Pamela Jiles, proceso que calificó como una “tortura”.
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Mientras hacían la sobremesa, el reportero se confesó con Santiago Meneghello, Teresita Commentz y Javiera Hernández, cuando fue consultado por su edad.
“Asumo que si te dicen Guagüito, no te debe gustar que te bajen la edad. A ti te han dicho Guagüito de chico, ¿no?”, le preguntó Meneghello, a lo que Roldán respondió que, en realidad, el apodo viene de la televisión, específicamente de su paso por el programa de farándula Intrusos, paso marcado por la presencia de Pamela Jiles.
“Estaba sentado en una pauta y llega Pamela Jiles a la oficina. Entonces la señora me queda mirando de pies a cabeza. Ahí dice: ‘Yo no me voy a sentar al lado de alguien que usa peinado de futbolista, que use las mangas arremangadas y que se llame Michael’”, reveló el periodista.
“Yo en ese momento te juro que a la señora la odié. Para mí era una tortura trabajar con Pamela Jiles”, confidenció.
Sobre el apodo, el periodista recordó que en medio de un capítulo “yo digo un comentario que era a lo mejor mamón y ella dice: ‘ay que lindo el comentario del Guagüito’. Y de ahí quedé como Guagüito para siempre”.
Sorprendidos, sus invitados del programa de CHV concluyeron que entonces el apodo sólo era una forma de hacerle bullying.
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Michael Roldán confirmó la deducción, y dio a conocer otros incómodos momentos con la actual diputada. “La sentaban al lado mío y un día ella va y le dice a la productora ‘no quiero sentarme al lado de él. Que él se siente al frente’”, contó.
Sin embargo, el periodista reveló que “después a las dos semanas, Pamela se me acerca y me dice ‘Guagüito, yo te quiero explicar: quise que te sentaras al frente mío porque quiero ayudarte a crecer en la tele y quiero observarte todos los días’”, asegurando que Jiles se quedaba al final de cada programa para darle consejos y observaciones del día a día.
“Pasé de odiar el trabajar con ella a tener una relación en la que, más allá del tema político, tengo un cariño enorme por la señora, le tengo un agradecimiento enorme”, aclaró, concluyendo que si bien inició como una especie de bullying, “terminó siendo una tremenda escuela por la que estoy súper agradecido”.