El ahora conductor de “La Fiesta de Chile”, Mauricio Pinilla, tuvo la oportunidad de explorar sus dotes de actor mientas se encontraba en medio de un tour por el cementerio en su programa de fin de semana, “Zona Encuentro”.
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En el recorrido nocturno interpretó a un tenebroso vampiro, y en el mismo episodio también se conmovió al visitar la tumba de su abuela. “Es la pérdida más grande que he tenido”, confesó.
En la sección de “Este es mi mundo”, Mauricio Pinilla descubrió, a través de diferentes conversaciones, la serenidad y pasión con las que los trabajadores fabrican las lápidas y floreros que adornan las tumbas.
Además, su visita al cementerio lo llenó de emoción porque le permitió visitar la tumba de sus abuelos, con quienes tenía una relación muy cercana y que gracias al espacio pudo tener un momento muy íntimo.
Al recordar a su abuela, Concepción Molina, comentó que “Yo no quería revivir esta experiencia porque me produce mucha nostalgia, muchos recuerdos”, dijo. “La sentí cerca de mío. Fue difícil estar relajado en ese momento, me sentía muy emocionado porque tuve muchos recuerdos en mi cabeza. Ella es la pérdida más importante que he tenido. Fue una mujer maravillosa, con una vida sufrida, que sacó adelante a sus nueve hijos y de dedicaba mucho tiempo a sus nietos. Me cocinaba todo, me cuidaba, me encantaba quedarme en su casa. La recuerdo mucho y la echo mucho de menos, pero sé que me acompaña siempre”, agregó.
Una emotiva escena donde el animador no guardó sus sentimientos y tuvo que secar sus lágrimas. “Te echo de menos viejita”, expresó.
Faceta de actor
En el cementerio General fue parte de un tour nocturno, realizado por actores, que mezcla historias de terror con un recorrido patrimonial, en donde pudo mostrar otra faceta desconocida. En el lugar tuvo que interpretar a un tenebroso vampiro y al mismo tiempo, pudo incursionar en el humor con el personaje de un cuidador del lugar, que tenía un look, que según él, era muy parecido a “Washintong”, el personaje de Felipe Camiroaga en “Pase lo que pase”.
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“Son los personajes que yo miré de chico, y hay que imitar las cosas buenas”, dijo, aunque Mauricio completó su rol dandole un tono campestre y nombrándolo “Carmelo”.
“Dejé a Mauricio Pinilla de lado y me fui a actuar”, expresó agregando que “yo creo que lo hice bien”.
Sin embargo, la experiencia en el cementerio “pone los pelos de punta. Sentí escalofríos. Hay momentos donde de verdad te asustas”, reveló posteriormente.