El hecho habría ocurrido el pasado 31 de enero, en donde Kristofer Erlbacher fue sentenciado a prisión de por vida por el asesinato de su amigo, al cual arrolló con su vehículo en reiteradas ocasiones tras un conflicto por el aderezo.

Mayonesa en la comida

La historia comenzó durante el 17 de diciembre del 2020, en donde Erlbacher junto a su amigo Caleb Solberg y otra persona más, se encontraban comiendo y bebiendo en un local en Moorhead, Iowa, Estados Unidos.

Según los detalles entregados por Des Moines Register, lo que estaba siendo un gran tiempo entre amigos se convirtió en una escena del crimen, ya que Erlbacher puso mayonesa en la comida de Solberg, por lo que este último lo empezó a golpear.

Posteriormente a la golpiza, Erlbacher y la tercera persona llegaron hasta un café en el pueblo de Pisgah, en donde el victimario llamó al medio hermano de la víctima, Craig Pryor, para amenazarlo con dispararle con su escopeta.

El amigo sin identidad, se encontró a Pryor a las afueras del café y le advierto sobre las intenciones de Eribacher. En ese momento llegaron todos al local para hablar con el familiar de la víctima, pero comenzaron a discutir de forma violenta.

El ataque con la camioneta

Luego de las dos peleas, Erlabcher se subió su Chebrolet Silverado y golpeó el auto de Pyror mientras este se encontraba en el interior. Minutos más tarde la víctima del choque se bajo a ver los daños del vehículo y el culpable lo embistió junto con su auto.

Esto no termina acá, ya que a eso de las 10 de la noche, Erlbacher arrolló fuertemente a Solberg, sin embargo, según el veredicto, este golpe no fue el que le dio la muerte.

Erlbacher se dio cuenta de este hecho, y se devolvió para golpear nuevamente a Solberg. Esta vez el hombre cayó cerca de una SUV que estaba estacionada en la cafetería. Aunque para asegurarse que lo había matado, Erlbacher lo volvió a arrollar.

El culpable se quería dar a la fuga, pero nada salió como esperaba, ya que su camioneta sufrió un desperfecto por lo que llamó a su padre para pedir ayuda, y minutos más tarde llamó a Pryor para informarle que había asesinado a su medio hermano.

Su padre fue el que entregó al joven de 28 años -ahora 29- esa noche, para ser sentenciado por cometer un “asesinato en primer grado” y recibir la pena de presidio perpetuo, ya que, según el juez, sus acciones “no tenían justificación”.

“Era otra pelea en un bar del condado de Harrison, hasta que ya no lo fue más”, lamentó Craig Pryor, luego de conocer la sentencia por la muerte de su familiar.