La matanza de doce profesionales de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, producida el 7 de enero de 2015, generó espanto en ese país y atrajo el repudio mundial tras el feroz atentado que perpetraron los dos terroristas que ametrallaron salvajemente la sala de redacción, ubicada cerca de la Plaza de la Bastilla. En la pared quedaron los rastros de sangre y balas, así como algunos dibujos pegados al muro y la última portada del semanario con una caricatura del escritor Michel Houellebecq, cuestionado por sus dichos islamófobos.
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Entre los sobrevivientes de la masacre estuvo el dibujante Laurent Sourisseau, apodado Riss, quien asumió de director después de la tragedia. Un minuto y cuarenta y nueve segundos duró la dramática pesadilla y ese es el título que Riss eligió para titular su libro vivencial recién publicado. Entre los once heridos, el dibujante quedó con el hombro perforado por una de las cincuenta balas disparadas, pero más que eso su espíritu aún parece atravesado por la ira y el rencor.
“Mi rabia y resentimiento es por el atentado en sí mismo, pero también por discursos que empezaron a circular después, donde se nos colocó como los responsables, como si hubiéramos provocado el hecho de publicar esas caricaturas. Es insoportable y revulsivo que nos hicieran responsables de nuestra propia desgracia. Fue algo muy odioso”, confiesa.
“Je suis Charlie” en todo el mundo
La campaña solidaria “Je Suis Charlie” se volvió millonaria en impacto, apoyo y donaciones. A una semana del atentado, la revista publicó un número especial con siete millones de ejemplares en seis idiomas, con una portada que muestra a Mahoma sosteniendo el cartel de “Je suis Charlie” bajo el título “Todo está perdonado”.
El crudo relato del libro refleja la indignación persistente de Riss luego de padecer el terror yihadista. “Antes que víctimas somos inocentes. El término víctima se queda corto… Ese día teníamos que morir todos, pero algunos no morimos. Técnicamente somos sobrevivientes, también suertudos. Sobrevivir es una sensación extraña porque quedamos acechados por la idea de la muerte”, expresa hoy, sin sepultar aún el tormento de haber visto morir a tantos de sus entrañables compañeros...