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JLo nos recuerda que hay que dejar de juzgar a una mujer por buscar su felicidad

Ellas también deberían disfrutar su vida romántica y sexual sin temor a ser criticadas por la sociedad.

Jennifer Lopez ha recibido duras críticas luego de su boda

Jennifer Lopez sorprendió al mundo al confirmar su matrimonio con Ben Affleck en una pequeña capilla de Las Vegas el pasado fin de semana, algo que ha disparado los comentarios de felicidad y las críticas por partes iguales.

De hecho, los señalamientos más frecuentes al respecto son cuestionamientos de cómo la famosa ha decidido llevar su vida amorosa desde que saltó a la fama.

Se casó a finales de los noventa con Ojani Noa, luego pasó por el altar con Cris Judd en 2001, le dio el “sí quiero” a Marc Anthony en 2004 y ahora, selló su vida junto con el protagonista de Argo, con quien ya tuvo una relación en 2003.

Precisamente, luego de compartir los detalles de su sorpresiva e íntima unión, ha recibido infinidad de críticas negativas, que muchas de ellas, provienen de parte de otras mujeres.

Sin embargo, muchos parecen olvidar que al igual que todas, JLo también ha tomado malas decisiones en el amor y que solo ella es capaz de saber lo que le favorece y lo que necesita. No deberíamos sentirnos con tanto poder para juzgar vidas ajenas y emitir opiniones solo basado en una parte de la historia.

Porque sí, aunque la diva del Bronx siempre se ha mostrado transparente con su biografía, también hay detalles íntimos que guardará para sí misma y recriminar a una mujer por tener varias parejas románticas, solo es una demostración de la sociedad machista en la que vivimos.

Famosos como Martin Scorsese y Gary Oldman, también se han casado múltiples veces y otros como George Clooney, han tenido muchas parejas conocidas, pero al tratarse de hombres, son concebidos como machos alfas, galanes, solteros codiciados y más.

En el caso de las mujeres como JLo, son tildadas de fáciles, desesperadas, promiscuas y pare de contar, como si ellas no tuviesen derecho a disfrutar de su vida amorosa y sexual con la misma libertad.

Es hora de dejar de juzgar a las mujeres y hacerlas sentir culpables por vestirse, ser o comportarse de una determinada forma que no se corresponde con los roles y estereotipos de género que ya quedaron en el pasado.

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