Aunque muchos no estén de acuerdo, Camilla Parker-Bowles se convirtió en la reina consorte después del ascenso del rey Carlos a esa posición tras la muerte de la reina Isabel el pasado 8 de septiembre.
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Y lo hizo debutando por todo lo alto: con un sobrio vestido negro con el que evita ser el centro de la atención y mantenerse sobria ante el duelo nacional que existe en su pueblo por la pérdida de la soberana.
Sin embargo, la esposa del hijo mayor de Isabel no puede huirle a la polémica a pesar de los esfuerzos. Todavía muchos la recuerdan como la tercera en discordia entre el príncipe Carlos y la princesa Diana en la década de los noventa.
Por eso, sabe que le toca remar contra la opinión pública y la división de criterios hacia su figura, entre quienes la conciben como héroe o villana.
El primer look de Camilla Parker-Bowles como reina
El rey Carlos III, primogénito de Isabel II y su sucesor en el trono británico, abandonó el castillo de Balmoral al lado de su esposa para regresar a Londres donde fue proclamado y dio sus primeras declaraciones.
A su llegada al Palacio de Buckingham, se le vio conmovido por todas las demostraciones de cariño. De su mano estuvo Camilla Parker-Bowles, quien escogió para la cita un vestido de mangas largas tipo midi, con una caída de falda estilo A.
Fue la sofisticación en su máxima expresión, intentando pasar desapercibida. Por esta razón, lució tacones negros tipo stiletto y perlas en el cuello para complementar.
Ella también se notó visiblemente afligida por esta lamentable pérdida, que han descrito como el “momento de la mayor tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia. Lamentamos profundamente el fallecimiento de una soberana querida y una madre muy querida”, expresó Carlos.