Ramzan Kadirov, líder de Chechenia y aliado de Rusia, advirtió hace poco que Vladímir Putin tendría que tomar “medidas más radicales”, incluyendo el uso de “armamento nuclear de baja potencia” en la Guerra en Ucrania. La comunidad internacional encendió las alarmas y, aunque el Kremlin se distanció de la propuesta de Kadirov, muchos lo ven como el inicio del Apocalipsis.
PUBLICIDAD
¿Será el inicio del fin del mundo como lo conocemos? ¿Una verdadera escalada nuclear que nos llevará al caos? ¿O solo una exageración que terminará en nada?
Prevenir es mejor que lamentar. Hay un grupo de personas que toma medidas al respecto para salvarse. Los multimillonarios, los súper ricos.
Son varias las medidas para evitar lo peor, desde la construcción de búnkeres hasta la emigración a zonas que se consideran aisladas y seguras en el planeta, como Nueva Zelanda, o fuera de él incluso. Algunas son hipótesis solventes, otras apenas teorías que parecen difícil de cumplir.
Las inquietudes (miedos) frente a un evento global
Douglas Rushkoff, autor de La Supervivencia de los más ricos (un extracto se publicó en The Guardian), develó que los multimillonarios tecnológicos están comprando lujosos búnkeres y contratando seguridad militar para sobrevivir “al colapso social que ayudaron a crear”.
Habla de una reunión en la que estuvo, en medio del desierto, con “accionistas ultra ricos”. ¿Ficción o realidad? Sigamos el relato de Rushkoff.
“Cinco tipos súper ricos, sí, todos hombres, del escalón superior del mundo de las inversiones tecnológicas y los fondos de cobertura. Al menos dos de ellos eran multimillonarios (…) Habían venido a hacer preguntas”.
PUBLICIDAD
Las inquietudes de estas personas iban desde cuál era la criptomoneda más segura hasta cuál será el punto más inexpugnable de la Tierra en medio de una catástrofe, si Nueva Zelanda o Alaska. O cuál era la mayor amenaza, si el calentamiento global o la guerra biológica. Y qué elementos tendría que tener un refugio en caso de lo peor.
“Este escapismo de Silicon Valley, llamémoslo The Mindset, alienta a sus adherentes a creer que los ganadores de alguna manera pueden dejar atrás al resto de nosotros”, dice Rushkoff en su texto. “El paisaje está lleno de algoritmos e inteligencias que fomentan activamente estas perspectivas egoístas y aislacionistas”.
El relato de Rushkoff se enfoca más en un tema social (“ellos generaron el problema, ellos escapan de sus consecuencias”) que en una realidad visible: en cualquier momento todo puede terminar a escala global.
Vamos a ver cuáles son los tres métodos más destacados de protección de los multimillonarios en caso de un evento de magnitudes gigantescas.
Los búnkeres contra el Apocalipsis
De acuerdo con la CNN, en un artículo escrito en 2019, el 1% de la población se prepara para lo peor construyendo estos espacios de protección en su hogar. Ya en la Guerra Fría, ante el temor de la amenaza nuclear, muchas personas (sobre todo en Estados Unidos) construyeron búnkeres.
Pero ahora se apela más a la comodidad que al espacio de supervivencia “espartano y sombrío” que define Robert Vicino, empresario inmobiliario citado por la CNN.
Ahora no solo contarían con sistemas de energía y purificación de agua, además de válvulas de explosión y filtración de aire Nuclear-Biológica-Química. También tendrían gimnasio, sala de televisión para los videojuegos e, incluso, piscinas. “Todas las comodidades del hogar, pero también las comodidades que esperas cuando sales de tu casa”.
Emigrar a Nueva Zelanda o cualquier zona remota
La emigración a sitios lejanos, como Nueva Zelanda. En 2017, The New Yorker contaba que los más ricos están “comprando casas en Nueva Zelanda, que se ha convertido en un lugar popular en caso de calamidad”. Citan el caso del multimillonario Peter Thiel, que obtuvo propiedad y ciudadanía en la isla del Pacífico.
Otro ejemplo es el del antiguo gerente de producto de Facebook, Antonio García Martínez, que compró “un terreno boscoso en el noroeste del Pacífico que ha abastecido con generadores, paneles solares y municiones”.
Salir de la Tierra
El último método: la salida de la Tierra. Sí, como lo lee. La construcción de un lugar en el espacio exterior, el desafío de Elon Musk de colonizar Marte o los esfuerzos de crear laboratorios privados en la Luna o sus inmediaciones. Los vemos día a día, con Jeff Bezos impulsando más que nunca los viajes de los multimillonarios con Blue Origin. O los traslados de Axiom a la Estación Espacial Internacional, solo de “vacaciones”. Son los síntomas de los tiempos por venir.