Santiago Pavlovic fue el último invitado en el late de Eduardo Fuentes “Buenas noches a todos”, programa donde anoche el avezado periodista de TVN recordó sus más duras experiencias como corresponsal de guerra del canal público y un ataque al hotel donde alojaba junto a Rafael Cavada y Alejandro Leal, donde pensó que uno de sus colegas había fallecido.
PUBLICIDAD
Fue durante el relato de sus experiencias en coberturas de guerras que el periodista recordó la tragedia que les tocó vivir a los tres profesionales de TVN, cuando un tanque norteamericano disparó un proyectil en contra del hotel donde se encontraban alojados en Palestina.
Previamente, el periodista había contado a Fuentes de los efectos que su trabajo tuvo en su familia, que pagó las consecuencias de sus arriesgadas coberturas.
“Yo creo que soy un poco descriteriado, pero en realidad no era lo que más me preocupaba, debo decirlo honestamente. Yo sentía que mi mujer de entonces iba a atender perfectamente de mis hijos si pasaba algo y ellos saben que cuando está en un conflicto de esta naturaleza te puede pasar algo”, recordó Pavlovic, quien ejemplificó esa situación en la cobertura que debió realizar junto a Cavada y Leal en el conflicto bélico de Irak.
El recuerdo de Rafa Cavada
“Cuando estuve en Bagdad, con el Rafa Cavada y con Alejandro Leal, bueno, también podía haber pasado algo, y de hecho pasó, cuando un proyectil de un tanque norteamericano impactó en el hotel Palestina en el que estábamos nosotros, y el Rafa estaba dos pisos más arriba de nosotros, en otra posición, con otra cámara, y cayó este obus, este disparo del tanque, y mató a un periodista ucraniano y a un periodista español, a un camarógrafo español, Javier Couso”, inició Pavlovic, quien enfatizó en que los peligros en este tipo de coberturas es algo con lo que deben convivir todos los comunicadores que se dedican a la cobertura de las guerras.
“Eso fue tremendo, porque en el fondo tú estás con otros 100 periodistas extranjeros y de repente estás grabando la guerra, estás grabando la llegada de los tanques norteamericanos, y la resistencia de la guardia republicana y de repente la guerra te estalla ahí mismo. Y tú ves la muerte y las pocas periodistas mujeres llorando y hombres también llorando”, señaló.
“Para mí fue esa una visión bien tremenda, porque cuando llegó el impacto al hotel, ya había pasado el fragor del combate que se produjo justo en un puente que estaba a un kilómetro de donde estábamos nosotros. Y el traductor me llama desde abajo del hotel para decirme que bajara rápidamente, que había pasado algo terrible. Y yo como estaba en el piso 11 no advertí eso. Y ahí me muestra un forado que estaba en el hotel, por el otro lado, porque este es un hotel que tenía una forma como de B”, prosiguió el periodista, quien en ese momento se angustió por imaginar que el hombre fallecido era su colega nacional.
PUBLICIDAD
“Mi preocupación era el Rafa Cavada, porque yo le había dicho que se instalara ahí para que tuviera un ángulo distinto del combate, y claro, me daba lata subir al piso 16, pero decía ‘capaz le haya pasado algo’. Cuando se abre la puerta del ascensor y salen los mexicanos, que eran de no sé si eran de Televisa y salen gritando en español: ‘¡Abran paso, abran paso!’ y vienen cargando en una colchoneta a Couso, que era español. Y yo me acerqué inmediatamente a mirar retrocediendo mientras ellos avanzaban. Y yo soy bastante alto. Soy alto en casi cualquier país del mundo, y ahí podía ver a Couso que venía con los ojos muy abiertos y con el mentón desgarrado y con el hueso del fémur asomando, blanco aquí, porque no sé si fue la misma bomba o esquirlas que lo desgarraron completamente”, contó.
“Y yo sentía que él me miraba, siempre pensando que podía ser Cavada, hasta que me di cuenta que no era Cavada y que lo metieron en una camioneta abierta y se lo llevaron a un hospital y murió 15 minutos después. Y después encontré, bueno, nos abrazamos con Rafa Cavada, que había participado ayudando primero al auxiliar, al periodista ruso, y después el traslado del periodista español”, finalizó Pavlovic.