No creemos que exista una persona en el mundo que quiera fracasar en alguna actividad u objetivo predeterminado. Automáticamente cuando se planifica o inicia algún plan de vida, lo que más radica en nuestra mente y subconsciente a parte del posible miedo ante el desafío, son las ganas y sensaciones de éxito.
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Si se define la palabra “éxito”, académicamente su origen proviene del término latín exitus, la cual significa “salida”, lo que es el resultado final satisfactorio en una acción emprendida o de un suceso. En pocas palabras, el éxito es el hecho de obtener libremente lo que se desea, lograr un propósito o alcanzar una meta.
El gran problema muchas veces radica que, aunque se tenga el deseo, las ganas y el sacrificio para poder lograr el éxito, la problemática pasa en no encontrar las estrategias adecuadas para poder llevar a cabo los planes en mente. Ante esto, la prestigiosa Universidad de Harvard realizó un estudio para determinar las herramientas adecuadas para poder conseguir el tan anhelado triunfo personal.
Planificación
Harvard asegura que quienes saben cómo planificar y priorizar objetivos son los que mejor les va en los negocios y en la vida, por eso, es muy recomendable utilizar listas “En orden de prioridad” para determinar lo que es urgente y lo que aún puede esperar unas horas o incluso días.
Enfoque
Si bien existen muchas distracciones, especialmente a mano –celulares y redes sociales– los mejores hombres y mujeres de negocios son aquellos que saben cómo quedarse enfocados en sus objetivos.
Autocontrol
Hay que estar en perfecta armonía con las emociones constantemente para verlas suceder y saber cómo manejarlas cuando llegan las crisis. Meditar a diario puede ser una buena manera de trabajar en esta tercera herramienta.
Trabajo en equipo
Dos mentes son mejores que una y no se puede ser un experto en todo, así que un buen equipo está formado por personas que pueden enseñar algo, ayudar a crecer, tomar ciertas responsabilidades y tomar parte de la carga de trabajo.
Flexibilidad
Las ideas pueden evolucionar, incluso necesitan cambiar a la luz de nuevos datos que se entregan a lo largo del tiempo, ante esta premisa no hay que aferrarse a la primera idea a toda costa. Esta flexibilidad mental permitirá adaptarse a los interlocutores y reaccionar mejor ante posibles reversiones de situaciones.