Es importante que cada niño en el mundo pueda alimentarse de la mejor manera para que se pueda garantizar su salud y desarrollo, no obstante, muchas veces por la falta de seguimiento o simple complacencia ante los más chicos de casa, algunos tienden a desarrollar episodios de sobre peso y peor aún, obesidad infantil.
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A veces se cree que es normal que los niños puedan presentar kilos de más, sin embargo, especialista aseguran que no se puede pasar por alto las señales de advertencia.
Falta de seguimientos
Por ejemplo, en los Estados Unidos la mayoría de los menores diagnosticados con obesidad no se les realiza pruebas de laboratorio recomendadas para afecciones concurrentes como la diabetes y la enfermedad hepática, así lo determina un estudio de la Universidad de Yale publicado el pasado 14 de julio en n JAMA Network Open.
“Este es un problema importante porque cerca de 1 de cada 5 niños estadounidenses tiene obesidad y la detección temprana de afecciones relacionadas con la obesidad puede marcar una gran diferencia para los niños durante el transcurso de sus vidas”, indicó el coautor Kao-Ping Chua, profesor asistente de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.
Seguimiento excesivo también es negativo
Aunque parezca contradictorio los expertos aseguran que el seguimiento excesivo también puede causar daños innecesarios en los pacientes, ya que puede generar en los niños afectados y sus familias a que se preocupen por una afección que en realidad no tienen y los falsos positivos pueden llevar a visitas adicionales, pruebas y preocupaciones que no están justificadas.
Mona Sharifi, doctora, profesora asociada de pediatría y salud pública y autora principal del estudio, asegura que los pacientes que recibieron las pruebas recomendadas a menudo fueron sometidos a protocolos demasiado amplios que incluían múltiples pruebas innecesarias. Esto, dicen, también puede conducir a falsos positivos.