Este sábado se emitió un nuevo capítulo de “Te paso a buscar”, en donde Pancho Saavedra recorrió distintos lugares junto a Fernando Alarcón, el gran comediante y actor nacional.

En primera instancia, el comunicador llegó hasta la peluquería donde el humorista se corta el pelo frecuentemente y ahí se dio el tiempo de rememorar la esencia del “Jappening con ja”, programa del cual fue cofundador y uno de sus protagonistas durante muchos años.

“Al igual que en Les Luthiers, que hacen todos los papeles, nosotros partimos de la misma forma. Éramos una estrella de 5 puntas: Maitén (Montenegro), Gloria (Benavides), Eduardo (Ravani), Jorge (Pedreros) y yo. Todo lo hacíamos nosotros. Después ya se diversificó el programa, para remozarlo. Llegaron Pato Torres, Oscar Olavarría, Marilú Cuevas y Andrés Rillón. Ahí volvió a ser el ‘boom’ del Jappening”, expresó Alarcón en el programa de Canal 13.

Posteriormente, Pancho tocó un tema sensible, puesto que le preguntó por su estado anímico actual debido a la reciente muerte de Eduardo Ravani, quien fue su gran amigo y compañero de televisión.

En este sentido, Fernando aseguró que “Eduardo era una persona que enfrentaba la situación con una valentía espectacular. De hecho, él quería seguir haciendo charlas motivacionales (que hacían caracterizados como Canitrot y el Señor Zañartu, personajes de ‘La oficina’)”.

Su última conversación

Asimismo, Alarcón reveló que habló con Ravani un día antes de su fallecimiento. “Estábamos viendo un partido de fútbol, cada uno en su casa. Comentábamos por teléfono, porque los dos somos hinchas de la Universidad Católica. Y estábamos conversando, haciendo bromas como siempre. Al otro día me entero a las 6 AM de su fallecimiento”, confesó.

“Me ha tenido bastante deprimido, porque es como que me falta algo, me falta alguien. Casi todos los proyectos fueron entre nosotros dos. Éxitos y fracasos. Fue una amistad casi de 70 años”, comentó totalmente apenado el actor nacional.

Por último, detalló cuál fue el secreto para que su amistad con Ravani funcionara por tantos años, esto fue debido a que “éramos cóncavo y convexo, así eran las personalidades de cada uno. Él era muy efusivo, muy alzado, muy llevado a sus ideas, y yo era el que ponía los paños fríos, el equilibrio”, cerró.