Cuando aún se desconoce la fecha de su estreno oficial en las pantallas de Chilevisión, la promoción del canal privado a su nueva teleserie “Dime con quien andas”, producción que marca el regreso del área dramática de la señal controlada por Paramount, ha estado operando en un ciento por ciento, y dos de sus protagonistas, Claudia di Girolamo y Cristián Riquelme, reconocen que las grabaciones han sido tan divertidas que ambos no han parado de reírse en cada una de las escenas que han realizado.
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La relación ficticia entre ambos personajes, madre e hijo en la próxima apuesta dramática de CHV, los ha mantenido juntos durante varias horas de grabaciones, momentos que para Di Girolamo han sido “maravillosos”.
La risas en el set de CHV
“Cristián Riquelme es muy chistoso. Es una frescura, es maravilloso trabajar con él porque no para de sorprenderse con las escenas, con su personaje. Es agradecido, empieza a leer sus partes y dice: ‘Esto es hermoso’. Y lo dice así parado en maquillaje, es histriónico, empieza moverse por el lugar. Para mí ha sido un placer y una diversión muy sana ver a un actor gozando tanto su oficio. Es tentador”, reconoce la actriz en conversación con lun.com, medio de circulación nacional donde la pareja evidencia lo “encantador” que ha sido trabajar juntos por primera vez luego de haber compartido en otras teleseries, pero desde papeles sin la relación tan cotidiana de “Mireya” (Di Girolamo) y “Paulo” (Riquelme).
Soy muy expresivo. Tengo la nariz grande, boca grande, ojos grandes, y estoy haciendo este niño mamón donde se debe rozar la situación de comedia.
— Cristián Riquelme
“Debemos controlarnos las risas cuando grabamos juntos porque cuando empezamos a hacer las escenas, ofrecemos algunas alternativas (al director) y ahí no paramos de reírnos. Tiene que entrar maquillaje al set para corregirnos la cara porque lloramos de la risa. Es terrible, somos dos niños malcriados”, explica Claudia.
Sus palabras, por cierto, resultan todo un elogio para Riquelme, quien asegura que “no se puede farrear” la oportunidad de trabajar codo a codo con la galardonada actriz nacional.
“Qué honor provocarle risas a Claudia. Yo estudié actuación y siempre la he visto en distintas cosas, en todas partes, entonces si te toca actuar con ella uno no se la puede farrear. Esto es un oficio que mientras más uno lo hace, más se aprende. Claudia es una ebanista de la actuación, así que aprendo de ella”, reconoce Riquelme, quien explica que su personaje “lo único que tiene es su madre”.
“Entonces, hemos entrado en una dinámica de un hijo mamón y una mamá que lo mima. Así hemos producido una serie de escenas que no podemos construir porque yo hablo y la Claudia empieza a reírse. Hemos tenido que regular las escenas”, revela el actor, quien asume que sus grandes proporciones faciales (nariz, ojos y boca), son un elemento jocoso para su colega.
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Debemos controlarnos las risas cuando grabamos juntos porque cuando empezamos a hacer las escenas, ofrecemos algunas alternativas (al director) y ahí no paramos de reírnos.
— Claudia di Girolamo
“Es que soy muy expresivo. Tengo la nariz grande, boca grande, ojos grandes, y estoy haciendo este niño mamón donde se debe rozar la situación de comedia”, dice Riquelme, que pierde la cuenta al enumerar las veces en que han debido parar las grabaciones por los chascarros.
“Mil chascarros, jajajá. Es que ella es igual tiene un sentido del humor brutal. No es que ella ande tirando tallas, pero cuando las cosas no funcionan muestra su humor fino y desarrollado”, finaliza.