Tras más de 3 años viviendo en Villarrica, el destacado actor nacional Iñigo Urrutia regresa con todo a las tablas para ser parte del Ciclo de Teatro Disidente del Teatro Sidarte, donde presentará la obra “Crimen” desde el 28 de junio hasta el 01 de julio.
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Esta obra tiene la particularidad de que Urrutia interpreta a una mujer. “Yo siento y siempre he sentido que tengo un alter ego femenino super fuerte que no tiene que ver con mi género, ni con mi orientación. Yo me siento hombre, me gusta mi género pero me gusta jugar también con esta transición que me permite el teatro”.
Con mucho entusiasmo y motivación, el actor vuelve a las tablas nacionales luego de más de tres años de ausencia, donde había considerado no volver a actuar. “Después de dos años y medio haciendo huertos y trabajando en el campo, yo había cerrado la puerta del teatro y de repente tenía la necesidad porque no quería hacer eso el resto de mi vida, me aburro”.
Sobre enfrentar este monólogo, el actor destaca que tiene el oficio de más de 25 años de trayectoria que le permiten estar parado solo sobre un escenario. Sin embargo, el nervio siempre está presente: “Es un nervio enorme, pero me gusta. Antes de pendejo, jamás lo habría hecho. Un terror horrible. Yo no sé porqué fui actor, yo no tenía una personalidad para tener este oficio. Me daba vergüenza hasta levantar la mano en clases. Me costó mucho en mi carrera porque me miraba mucho desde afuera. Después con el tiempo, me di cuenta que lo hago porque lo disfruto. Lo paso bien. Cuando un actor lo pasa bien, el público también”.
Sobre encarnar a un personaje femenino en el teatro, el actor comenta que lo hace porque quiere hacerlo y porque puede.
“Grandes actrices podrían hacer este personaje, pero a mí como actor muchas veces me parecen más interesantes los personajes femeninos que masculinos, me seducen más. La historia ha hecho un camino para mí como homosexual, entonces el cambio que ha habido, a mí personalmente, me permite con este tránsito que he hecho en aceptarme, en mostrarme, en permitirme hacer lo que quiero hacer. Llega un momento en que ya no te importan las cosas tanto. Yo lo hago porque quiero hacerlo y la pasión que le pones se nota, se ve, es amor por lo que haces sin juicio a afrontar un desafío”.
Sobre la apertura de mentes para desarrollar trabajos que bordean entre lo masculino y lo femenino y el desarrollo de contenidos LGBTIQ+, el actor reflexiona: “Yo fui adolescente en dictadura, donde los hombres eran de una manera, las mujeres de otra. Si eras distinto, eras un maricón, fleto o lo que sea. Yo viví eso, yo era eso y así me trataron y me hago cargo de eso también. Yo entendí lo que es el orgullo gay, más allá de que me sienta orgulloso de ser gay, entiendo lo que hubo detrás de eso, la gente que estuvo y que nos dio derecho a eso”.