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“No sabía qué ***** decirle”: Teresita Reyes recordó bochornoso episodio que vivió junto a su esposo

La actriz nacional relató esta historia en el podcast “¿Cuántos pares son tres moscas?”.

Teresita Reyes, Antonella Ríos y Claudia Hidalgo | Captura: Youtube
Teresita Reyes, Antonella Ríos y Claudia Hidalgo Captura: Youtube

En el podcast “¿Cuántos pares son tres moscas?” de Antonella Ríos, Claudia Hidalgo y Teresita Reyes dedicaron su último episodio para hablar sobre la vergüenza. En esa línea, la querida intérprete de “Machos” recordó un bochornoso episodio que vivió durante la intimidad con su marido, Jorge Giacaman.

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Ella estaba teniendo relaciones sexuales con su esposo en su pieza, la cual pensó que estaba cerrada con pestillo. La hija de Reyes, quien es productora del programa, intervino y comenzó a contar la imagen que ella vio de sus padres.

“Yo voy (a la pieza) porque no sabía por qué mis papás no querían hablar conmigo, y mi mamá figuraba, pierna para atrás elongada y mi papá agarrándole las piernas, métele que métele. Yo llego, miro y yo pensé que mi papá le estaba pegando a mi papá”, contó para la sorpresa de las actrices que escuchaban su relato.

“No, fue la escoba”, contó Teresita Reyes, quien recreó el reclamo desesperado de su hija que pensó que estaba presenciando un episodio de violencia doméstica. “No sabía qué mierda decirle, si estaba con las piernas abiertas”, señaló la actriz, que finalmente le contó a su hija que le estaba haciendo un mensaje.

El segundo round

Sin embargo, esta no fue la única anécdota de esta índole que compartió Teresita Reyes, ella se acordó de otra cuyo principal culpable era la cama. “Esa cama de mierda crujía. A la hora de la siesta, estábamos calentitos, y empezó a sonar y nosotros en la huea, no escuchábamos”, partió.

La actriz contó que su hija estaba con amigas abajo, quienes escucharon y todo, y se lo hicieron notar con sus gestos.

Su hija nuevamente complementó la historia, y dijo que “mi mamá llegó toda picarona con estas esculturas de tornillos, que era una pareja haciendo el amor, y se la regaló a mi papá. A la hora de la siesta, mi papá le tuvo que aceptar esta indirecta”.

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