Este viernes Marcela Vacarezza estará de inivitada, junto a su marido el animador Rafael Araneda, a una nueva edición de “Podemos Hablar”, por las pantallas de Chilevisión.
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En la ocasión, la comunicadora relatará diversos episodios de su vida personal y familiar, dentro de los que destaca la revelación de que fue víctima de abuso sexual cuando adolescente, durante unas vacaciones en la playa, con tan sólo 14 años.
“Iba toda la vida a Papudo y me gustaba nadar y, sobre todo, cuando no quedaba nadie. Me llevaba mi sweater, mi libro y me quedaba hasta como las 20.30 y 21 horas. Un día estaba con mi hermano y le digo que quería ir al baño”, iniciará su testimonio Marcela.
El abuso sexual que sufrió Marcela Vacarezza
“Yo tenía 14 (años) y él como 24. Cruzamos la calle, ahí donde el guatón de los churros, y mi hermano le dice que yo necesitaba un baño a lo que él responde que me acompañaba. ‘Sígueme- me dice-, ahí está el baño’. Yo abro la puerta y cierra la puerta atrás. Yo dije ‘aaay, concha, aquí algo pasa’, añadirá la psicóloga, según la información entregada a Publimetro.
“Andaba con bikini y con el sweater, que algo me tapaba. Me manosea por atrás entera, me agarra, me tira contra la puerta. Era un gordo asqueroso. Levanto la rodilla, le pegó medio a medio, se corre y yo salgo”, contará sobre el abuso.
Marcela Vacarezza recordará las circunstancias en que ocurrió el hecho y la forma en que, dada su juventud, continuó desenvolviéndose en el balneario y la vida familiar tras el ultraje.
“Llego donde mi hermano y me dice ‘¿cómo te fue?’, y le digo ‘bien… todo bien… no pasó nada’. Mira la tontera de niña de no querer contarle a los papás por el temor de que te caguen el verano, de que no te dejen salir más, y lo cuento ahora porque espero que mis hijas si les pasara algo así tengan la confianza de contarme”, evaluará en retrospectiva.
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En este sentido, Marcela reflexionará, en el estelar de CNV, sobre la difícil experiencia vivida en la adolescencia y obtendrá conclusiones acerca de los abusadores.
“Yo me lo guardé toda la vida y, a los años siguientes, seguir viendo a este hombre asqueroso es atroz. No me cabe duda de que el viejo cerdo lo había hecho con otras personas. Si no hubiera atinado la cosa hubiese llegado a otro cuento. Cuando uno no lo cuenta, el sinvergüenza sale con la suya, uno es la víctima. Uno dice ‘mejor lo guardo y sigo’, pero ahí está el hue... y debe haberlo hecho con otras personas”, sentenciará.