La participante más longeva del reality “Gran Hermano”, Mónica Ramos, ya lleva más de dos meses dentro del encierro, y está sumamente cansada. Es más, debido a este evidente estado de ánimo de la mujer de 77 años, sus compañeros de manera unánime la votaron para que estuviera en la placa, a excepción de Hans.
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En la tarde, ella sostuvo una conversación con Alessia Traverso, la líder de la semana, en donde le manifestó su malestar y pidió al aire, si es que ella llegase a salir nominada que no la salvaran. Mónica fue enfática en que no iba a renunciar porque “no era cobarde”, pero sí dio a entrever sus intenciones de irse.
“Ya no quiero más. Si me mandan a placa voy a pedir que no me salven, que dejen que me vaya, porque renunciar, yo no voy a renunciar. Te lo prometo, eso sería de una mujer cobarde”, aseguró.
“Me he sentido decepcionada”
Anteriormente, Mónica fue llamada por Gran Hermano para hablar íntimamente con ella, y preguntarle por su estado de ánimo. “Me he sentido decepcionada porque yo soy un 5% de los jóvenes, de sus actitudes, vocabulario, eso me apena mi corazón porque digo cómo tenemos una juventud tan perdida”, señaló.
Mónica señaló que no se ha podido integrar a ningún grupo, menos los de su pieza que según ella hablan puras estupideces. De igual forma, la mujer manifestó su molestia por el trato que recibió Raimundo de parte de Constanza durante el fin de semana pasado.
“Yo por eso prefiero, por muchas cosas que están sucediendo, que me duelen, me siento triste... tenía ganas de venir a pedir que quería irme”, dijo emocionada, mas no pidió formalmente la renuncia, y sigue en la placa de nominación, a menos que sea salvada por Alessia.