Los capítulos de la semana pasada de “Generación 98″ fueron del agrado de muchos de los seguidores de la teleserie. Ello porque finalmente Martita y Gonzalo dejaron atrás todas sus cargas afectivas e inseguridades y sellaron su amor con un esperado beso en pantalla.
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A través de diversos vaivenes emotivos, los personajes de Daniela Ramírez y Nicolás Oyarzún no habían decidido liberarse a la expresión de la atracción que se profesan, pero en episodios anteriores asumieron el enamoramiento mutuo y dieron el primer paso, siendo protagonistas de la historia, en esos días, de la nocturna de Mega.
Declaración de amor en Punta Vírgen
Mucho antes, en el curso de los hechos de esta producción dramática, Martita y Gonzalo se unieron al grupo de excompañeros del Colegio Saint William que fueron en el viaje a Punta Virgen. Durante una pausa en las actividades, la enfermera se escapa para contarle a Robin (Gabriel Urzúa) cuánto está disfrutando el paseo y la intensa atracción que siente por el hijo de Arturo (Francisco Reyes).
Gonzalo precisamente escucha esa conversación y aprovecha de decirle a Martita que a él también le gusta mucho ella pues, desde que se reencontraron, no puede apartar sus pensamientos de la profesional de la salud.
Este amor que siente Gonzalo resulta ser más potente que su matrimonio con Javiera, por lo que le expresa que ya no la ama de la misma manera que cuando se casaron. La economista queda destrozada emocionalmente con tal revelación.
El ingeniero decide abandonar la casa que compartió con su esposa por más de 20 años y se muda provisoriamente con Tomás (Felipe Rojas).
El buen amigo Robin
Asimismo, como antecedente de este romance, Robin siempre fue un fiel amigo y oreja alerta para Martita, incluso en sus tristezas. Si bien la vio llorar por amor, el técnico en enfermería contantemente la apoyó para que luchara por su enamorado desde el colegio.
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Además, el hombre no dejó pasar la obligación de aclararle a su amiga las veces que el ingeniero se portó mal con ella, relatándole cada hecho puntual.
Todos estos acontecimientos permitieron que superara todas su inseguridades afectivas, así como su timidez, y se atrevió a besar a Gonzalo. Él quedó sorprendido con el hecho, pero el amor dio razones para insuflarle sensatez emotiva y le devolvió un apasionado beso.