Aunque muchos de los fans que la idolatraron suponen un interés económico y un morbo descontrolado, no hay consenso sobre los motivos que impulsaron a los padres de la cantante Amy Winwhouse –fallecida en 2011- a develar en forma voluntaria el último rincón de la intimidad familiar de la joven que en septiembre habría cumplido 40 años.
PUBLICIDAD
Mitchell Winehouse y Janis Seaton decidieron editar un libro de memorias que se llamará “En sus palabras” (In her words) a partir de los diarios o cuadernos personales que la artista fue acumulando para atesorar sus anhelos y sentimientos a través de una vida inestable y agitada.
Amy murió de manera “accidental” en Londres, aunque en la víspera había consumido mucho alcohol, al cabo de una existencia exitosa sobre los escenarios y marcada por su adición a las drogas y el alcohol y enfermedades como la bulimia.
“Amy llegó al mundo el 14 de septiembre de 1983, con cuatro días de retraso y siempre bromeábamos diciendo que Amy llegaba tarde a todo, incluso a su propio nacimiento. Podía ser adorable y encantadora, pero si no era feliz, todos lo sabían”, confidenció su madre a The Telegraph como un adelanto del libro en preparación.
El encanto de ser diferente
Sus padres se divorciaron cuando ella tenía 10 años y quizás ello incidió en su rebeldía. “Estoy contenta de ser diferente. No es como si quisiera ser como todos los demás. Me encanta tener mi propio estilo individual. Me encanta ser ruidosa y hablar con la gente. Es como soy”, escribe Amy en su cuaderno.
Desde niña se apasionó por las películas, los musicales, novelas, poesía y canciones. “En la casa de su abuela Cynthia estuvo rodeada de jazz: desde Frank Sinatra hasta Ella Fitzgerald. Y en casa interpretaba canciones de Mary Poppins”, recuerdan ambos.
Aunque cantar la hacía feliz, en su diario refleja su desasosiego: “Odio mi temperamento. A veces me carcome tanto que me pongo físicamente violenta con los que amo. Por mucho que diga ‘lo siento’, es algo que nunca podrán olvidar”, confiesa en su escritura.
PUBLICIDAD
Los impulsores del libro que buceará en sus principales secretos aseguran que “no podemos blanquear su historia. Sí, era adicta y sí, su vida era caótica. En última instancia, sus adicciones le robaron a ella y a nosotros su vida. Pero esos son tiempos en los que no nos detenemos”.
En definitiva, el libro dejará al trasluz los motivos de la alegría y el drama que siempre acompañaron a una estrella demasiado fugaz…
“Amy había llegado a su casa con sus entonces gerentes, quienes estaban preocupados por su forma de beber y querían llevarla a un tratamiento profesional de rehabilitación. ‘No quiero ir, papá. ¡No tengo 90 días!... “
<b>Su padre sobre el origen del tema “Rehab”.</b>