El humorista Bombo Fica estuvo de invitado en el programa de conversación, “Podemos Hablar”, de Chilevisión. En este espacio entregó una impactante confesión, estuvo al borde de la muerte durante la pandemia de Covid-19.
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En el punto de encuentro, el comediante que triunfó en el Festival de Viña del Mar comenzó su relato. “Yo tuve una experiencia con la muerte, dormí con la muerte (...) Yo tuve una experiencia muy muy fuerte con la muerte. Yo viajé con mi familia a pasar el año nuevo del 2020 al 2021 y fuimos a México”, partió.
Antes de viajar al país maya, el comediante arrojó un PCR positivo, pero no sentía ningún malestar. Al ser asintomático decidió viajar igual, ya que sólo necesitaba un resultado negativo para volver a Chile, no para salir. Así que hizo cuarentena en México, todo iba bien hasta el quinto día cuando comenzó a sentir fiebre.
Acto I
Un doctor del hotel lo tranquilizó y le informó que esto era normal, pero no mejoró, sino que la temperatura iba in crescendo. “Me dolía el cuerpo, me sentía malito. Vino el médico, me dijo que estaba en el peak, pero que mañana iba a ser distinto y que me quedara tranquilo”, contó.
“Lógico al día siguiente fue distinto porque tenía 40 grados de fiebre, me dolía todo el cuerpo y respiraba mal, no podía respirar, respiraba horriblemente mal”, agregó. Bombo decidió llamar al médico de su seguro, quien le dijo que tenía que llevárselo ya que tenía que entubarlo.
El comediante quería respuestas y le preguntó si estaba grave, él le respondió que sí; le consultó cuáles eran sus posibilidades de salir vivo de esto, el doctor le dijo que pocas. “Yo sentí en ese momento que mi vida se apagaba”, reveló.
Acto II
Bombo prefirió morir en el hotel que en el hospital, le informó al doctor, quien no le recomendó esta opción, pero el comediante insistió. Así que tuvo que firmar los papeles, y el doctor le volvió a decir que tiene altas posibilidades de morirse, mas Bombo Fica estaba determinado a fallecer en el hotel.
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A él le conflictuó el hecho de avisarle a su familia, y no quería traerle problemas, entonces decidió llamar a su mejor amigo. Bombo Fica le pidió a su amigo que después de que muera, le avise a su familia y le pida perdón de su parte, y le dio todas las instrucciones que había qué hacer después de su muerte.
“Esperé la muerte acostado, pasé por todas las emociones, lloré, me enojé con Dios porque sentía que era injusto cómo me iba a morir, no merecía morir así, después me reconcilié con Dios, le di las gracias por todos los momentos que había vivido, me dio rabia, pasé por todo”, señaló.
“Me arrepentí de todas las cosas que había hecho, tenía ganas de morir de otra forma, no así y mientras iba pasando la noche, sentí el cansancio, sentía que mis ojos se cerraban. Con el dolor de mi cuerpo y la fiebre, yo sabía que el momento en que iba a cerrar mis ojos, no los iba a abrir más, era una sensación horrible”, continuó el comediante.
Acto III
A las dos de la mañana, sus ojos finalmente cedieron al cansancio y se durmió. A los segundos se despertó asustado, se sentó en la cama y sintió un silencio y que su habitación había cambiado, él pensó que ya estaba muerto.
Bombo fue al balcón, convencido de que ya había fallecido, no quería mirar hacia atrás porque pensaba que iba a ver su cuerpo helado. Finalmente, se atrevió y lo hizo, pero no vio su cuerpo, ahí supo que seguía vivo. Una alegría invadió su cuerpo, se bañó, se puso traje de baño y se las arregló para romper las normas sanitarias y salir de su habitación.
A las 6 de la mañana, bajó a la playa y se metió al mar. “Yo estuve dos horas en el mar, analizando qué cosa quería hacer volviendo a Chile, quería comer un asado con mis amigos, quería jugar a la pelota, quería ver a mi madre, quería estar con mi familia, quería abrazar con mis hijos”, confesó.
Él volvió a su habitación apurado para que no notaran su ausencia, sin embargo sí fue descubierto. Le entregaron el desayuno a distancia, y Bombo llamó al doctor para informarle que estaba sano. El médico viajó desde la clínica y confirmó que ya estaba sano.
Pasó un día, y el comediante recordó que tenía que llamar a su amigo para avisarle que no se había muerto. Cuando su compadre recibió el llamado, lo retó desesperado por no avisarle antes debido a que estaba angustiado al pensar que su amigo se había muerto.
“Desde ese momento hasta el día de hoy, le perdí el miedo a la muerte porque yo dormí con la muerte”, cerró.