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La nueva vida de Ignacio Kliche: compartió tierna historia sobre cómo llegó a su vida su ternero Manchita

El hijo del actor Fernando Kliche decidió quedarse en Uruguay y vivir en un lugar apartado entre la naturaleza.

Ignacio Kliche | Fuente: Instagram
Ignacio Kliche Fuente: Instagram

El animador uruguayo Ignacio Kliche está completamente alejado de las cámaras que alguna vez fueron su vida. Él cambió su vida completamente, y se fue a vivir a los campos de su país natal, y comenzó una vida mucho más ermitaña.

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En conversación con LUN, el hijo del actor Fernando Kliche habló sobre su nuevo estilo de vida, el cual comenzó después de que se quedó en Uruguay por la pandemia. “Decidí quedarme en mi país y vivir solo en el campo en un lugar apartado entre la naturaleza”, contó.

“Yo había estado mucho tiempo expuesto, rodeado de mucha gente y ahora preferí pasar por una etapa ermitaña para profundizar mi relación conmigo mismo y con el maestro (Dios)”, aseguró.

Su ternerito, Manchita

El uruguayo construyó su casa con sus propias manos y reciclando materiales de sus vecinos. En primeras instancias, su alejamiento era tan grande que no tenía luz ni conexión a internet. “Era parte del proceso vivir con lo mínimo”, aseguró.

“Ahora he decidido vivir una vida austera, en paz. Puedo sentarme a sentir el viento y el sol. La sociedad te impone que debes hacer algo para ser y así tener cosas. Yo solamente quiero ser feliz”, continuó.

Kliche vive en compañía de tres perritos y un ternero de 400 kilos llamado Manchita. “Un día me senté afuera de la casa en silencio. El vecino abrió las puertas a sus animales y un ternero vino directo hacia mí, se echó al lado mío y me olfateó”, contó sobre su mascota.

“Lo vinieron a buscar, pero al día siguiente pasó lo mismo. Como al año estos animales van al frigorífico, ofrecí comprarlo, pero el dueño me dijo que no. A los tres meses el vecino llegó a mi casa y me dijo que había cambiado de idea”, añadió Ignacio.

Manchita vive con Ignacio desde ese entonces, lo va a buscar y se deja peinar por el uruguayo. “A veces posa su enorme cabeza en mi hombro y se queda dormido. Es increíble como un animal de 400 kilos puede ser tan delicado con una persona”, cerró.

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