Max Cabezón se ganó una cena romántica en Tierra Brava y escogió a Guarén. “Sé que contigo lo voy a pasar mejor que con cualquier otra persona. Para qué voy a invitar a la Shirley, si anda detrás del Arturo (…) A la Shirley le encanta el Arturo, y el Arturo no puede, pero igual está ahí”, le explicó el cocinero a Guarén, justificando su decisión, y ambos disfrutaron de una cena de frutas y malvadiscos con una fondue de chocolate caliente.
PUBLICIDAD
El fetiche
Luego, Guarén le hizo una pregunta bastante íntima al chef Max Cabezón: “¿tienes algún fetiche?”.
Max no dudó en responder y dijo inmediatamente que “soy adicto, y tengo una colección de aceite para masajes. Me encanta que las sábanas queden manchadas de aceite, a veces digo: ‘con esta persona le voy a dar más con la canela’”.
“Yo nunca he usado aceites, ¿qué aroma me viene a mí?”, le consultó Guarén.
“Naranja, bergamota, aceite de coco, algo cítrico, medio cálido pero más tirado para cítrico”, le recomendó el chef.