A finales del pasado mes de febrero, Taylor Swift realizó varios conciertos en Australia, sin embargo, el éxito de su más reciente gira por Oceanía quedó eclipsado al trascender que la policía de Sídney recibió una denuncia emitida por un fotógrafo por presunta agresión física recibida por parte del papá de la famosa cantante estadounidense, Scott Swift.
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La acusación de Ben McDonald, de 51 años, indicó haber recibido un golpe al momento que estaba concentrado de tomar imágenes a la artista cuando salía de una fiesta desarrollada en un barco, posterior a su último concierto ofrecido el lunes 26 de febrero.
McDonald declaró para entonces al diario The Sydney Morning Herald: “Estaba persiguiendo a Taylor. (Ella) se bajó de un yate en Neutral Bay y caminó por el muelle con un paraguas sobre su cabeza y un par de (guardias de) seguridad a su alrededor. Los de seguridad nos empujaban con los paraguas. Entonces su padre decidió darme un puñetazo”
Ante la denuncia, distintos medios presumieron la posibilidad de que Scott, de 71 años, prestaría la declaración de su versión, no obstante, al otro tomó la determinación de abandonar territorio australiano para trasladarse a su Estados Unidos natal.
Denuncia sin efecto
Luego de un mes de incertidumbre, finalmente trascendió en las últimas horas que se descartó por completo la posibilidad de presentar cargos contra el padre de Taylor Swift.
La Policía del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, describió en un breve comunicado que “no habrá más acciones policiales” tras llevar a cabo una investigación sobre la denuncia, ya que “no se detectaron delitos, y la investigación concluyó sin que se requiriera ninguna otra acción de la ley”.
Desde el entorno representativo legal de Taylor Swift, se aseguró que no tomarán medidas por posible desinformación o alguna contrademanda por daños y prejuicios hacia su imagen.
