El reconocido chef Yann Yvin sorprendió a los espectadores al mostrar los encantos de su hogar en el último episodio de “La Divina Comida”. Junto a Constanza Capelli, Sabrina Sosa e Ivan Martínez, Yvin compartió detalles íntimos de su residencia, revelando su fascinación por la cultura oriental y su devoción por la paz y la tranquilidad.
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La visita guiada por la casa de Yann Yvin comenzó con una nota de exotismo, ya que el hogar del chef era un reflejo de su pasión por el oriente. Uno de los puntos destacados fue un imponente buda de 17 kilos, originario de Tailandia.
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“Hoy día se trata de un viaje. Hoy día viajamos al oriente, a Vietnam. Tengo mi Buda de la bienvenida, viene de Tailandia en mi mano porque en la maleta no entraba, y pesa 17 kilos”, partió contando el cocinero.
El recorrido también reveló el gusto del chef por los detalles decorativos con significado personal, como una tetera diseñada por él mismo a la edad de 18 años, inspirada en “El Principito”, reflejando su conexión con la literatura y el arte en su vida cotidiana.
“Tengo un lugar muy importante para mí, porque refleja mi pasión por El Principito. Es una tetera que hice cuando tenía 18 años, la dibujé y la mandé a hacer”, recordó el chef.
Entre los rincones más destacados se encontraba un espectacular balcón con vistas a la precordillera, que Yann describió como su santuario personal, donde encuentra la serenidad que busca después de largas jornadas culinarias.
“Este es mi lugar de descanso, es un lugar donde vengo a buscar la paz, y aquí la encontré”, comentó.
Durante la visita, Yann compartió la importancia de cada espacio en su hogar, especialmente el amplio living y comedor, donde guarda recuerdos entrañables y momentos especiales. Además, realizó una especial mención al país que lo acogió.
“Hice 13 mil kilómetros desde Francia y me encuentro frente a la precordillera. Todos los días miro eso y digo ‘gracias, Chile’”, concluyó el francés.
