Una de las participantes más queridas de “Top Chef VIP”, Anita María Muñoz mejor conocida como “Zapallito Italiano”, estará en el programa de entrevistas de Chilevisión, “Podemos Hablar”, en donde se sinceró sobre un sensible momento en su vida: su paso por un hogar de menores.
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Al ser consultada sobre esta etapa, Muñoz aseguró que “hay muchas cicatrices, hay muchos dolores. Nací siendo una niña sin amor, sin cariño, sin protección de alguien, que te guiará en esta vida. Entonces, las cicatrices van a estar, porque están marcadas en mi cuerpo”.
“Se crece con miedo, se crece con carencia, se crece con ganas de quiéreme, abrázame, guíame. Los niños que están en el hogar, lo único que necesitan es un poquito de atención y un poquito de amor”, agregó Anita.
Ella señaló que desde que tiene uso de razón vivió en un hogar, aproximadamente desde los dos hasta los 17 años. “Cuando chica sufrí mucho, fui violentada, fui abusada, fui maltratada, golpeada, castigada, invisible y eso es lo peor, ser invisible a los ojos de la gente que te cuidaba, de la gente adulta y eso es lo peor más que el castigo físico, más que me dejaran sin comer de castigo, porque yo era pelusona, ser invisible a los ojos del mundo… es horrible crecer así”, confesó.
El animador Julio César Rodríguez le consultó a qué edad fue abusada, y Anita respondió “desde que tengo uso de razón y en todo el sentido de la palabra, verbal, física, moral, todo… No te voy a dar detalles, porque es muy fuerte, pero sí”.
La visita de su madre al hogar
Además, Zapallito Italiano recordó cuando su madre biológica fue a visitarla al hogar de menores para llevársela con ella. “Fui la niña más feliz, en ese momento. Fue una de las felicidades más grandes que tuve en mi adolescencia, mi madre me fue a buscar, me buscó… desde niña siempre uno se imagina o se pasa el rollo un día va llegar mi madre o mi padre y me van a rescatar”, contó.
Muñoz recordó que una compañera le avisó que estaba buscándola una mujer muy parecida a ella, y la llevaron a su dormitorio. En ese instante llegaron unas tías del hogar, dos monjas y la asistente social, quienes la prepararon para el momento.
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“Al verla obviamente la abracé y la única pregunta que le hice fue: ‘¿Por qué me dejaste botada?’. Ella no tuvo respuestas para mí, solamente bajó su cabeza y me abrazó y me quedé con eso, preferí quedarme con eso, que era maravilloso en ese momento, nada más”, relató.
“Me fui con ella, ella me sacó del internado, fue la peor decisión que tomé, pero como estaba ilusionada, necesitaba que alguien me quisiera, que me rescatara, que me cuidara y que me guiara, que hice caso omiso, agarre mis cuatro pilchas y me fui con ella. No resultó, lamentablemente, no resultó”, cerró Anita María Muñoz.