Un trauma del que hace ya 13 años no ha logrado recuperarse, reveló padecer la española Wilma González, quien tras protagonizar un impactante choque en una carretera argentina no ha vuelto a conducir un vehículo.
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Incidente que ha afectado en muchos sentidos a la otrora chica reality, quien por sus temores a sufrir un nuevo accidente automovilístico decidió dejar la conducción para realizar sus viajes como copiloto o en transporte público.
El trauma de Wilma González
“Necesito vencer mi trauma y manejar de nuevo. Es complejo. Me afecta en muchos sentidos, pierdo mucho tiempo y dinero en transporte para ir de un sitio a otro”, cuenta la hispana en conversación con lun.com, quien reconoce que este impedimento no sólo le ha provocado problemas de salud mental, sino que le ha impedido “realizar más horas de entrenamientos a mis alumnos en el día, porque los trayectos son tan largos que no puedo realizar más de cinco clases en el día para poder llegar a todo. Podría tomar siete u ocho si fuera con auto”.
Necesito vencer mi trauma y manejar de nuevo. Es complejo. Me afecta en muchos sentidos, pierdo mucho tiempo y dinero en transporte
— Wilma González
“Tengo muchas personas lindas con las que cuento siempre, pero a veces, como hoy (miércoles), no hay nadie. Tuve que levantarme a las cinco de la mañana para dar mi primera clase a las ocho”, sinceró Wilma. “Salí a las seis de la casa, seis y cuarto salió la micro. Siete y cuarto llegué a Santiago y de ahí no sabía qué micro llevaba a la casa (donde iba a enseñar), entonces tuve que ir caminando, porque tampoco hay metro por Vitacura”, agregó.
Los efectos de aquel accidente en Argentina, complementa González, han sido complejos. Y eso que, insiste, no fueron “culpa mía”.
“Fue porque el auto que iba adelante se le rompió el tuvo de escape. Al auto de adelante le empezó a salir un humo súper denso y perdí visibilidad. Entonces, le choqué por atrás. La culpa era de él, que de verdad me quitó toda la visibilidad por llevar un auto en tan mal estado”, relató.
“Esto fue en la Panamericana de Argentina, una autopista súper ancha, a cincuenta kilómetros de Buenos Aires. Choqué y fue un efecto dominó. Empezaron chocar muchos autos que se iban cruzando, incluidos tráileres”, explicó la española, para quien “el problema” de dicho accidente “fue que estuve dos horas porque quedé en el epicentro de la colisión”.
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“Mi paranoia fue que en esas dos horas yo iba a quedar atrapada en un amasijo de fierros, que me iba a aplastar. Yo veía cómo esos fierros cedían y se venían un poquito hacia mí. Iba con los sobrinos de mi expareja, y claro, gritaban, lloraban. Fue como el trauma de qué va a pasar”, prosiguió su relato Wilma, quien pese a los años que han pasado del choque, asegura que “sola no soy capaz. No he vuelto a tomar un auto sola, empiezo a ver autos alrededor y pienso que me van a chocar (...) cualquier pequeña infracción que cometa un tercero, me pongo histérica”.
Con todo, y luego de mucho tiempo de cuestionamientos, la hispana asegura que hará todo lo posible por acabar con sus miedos para volver a conducir. “Es mi meta. Primero manejar acompañada por lugares con harto tráfico, después sola y después ya no sé, llevar a mi hijo y cosas así”, finalizó.