Entretenimiento

“Se iba olvidando lo que vivimos juntos”: Jaime Vadell recordó sus últimos días junto a Susana Bomchil

La actriz, diseñadora teatral y esposa del actor nacional, falleció el pasado 9 de mayo tras varios problemas de salud.

Jaime Vadell
Jaime Vadell

A poco más de una semana del fallecimiento de su esposa, Susana Bomchil, el actor nacional Jaime Vadell ha abierto su corazón para compartir los difíciles momentos que vivió junto a ella durante sus últimos días. La actriz y diseñadora teatral padecía desde hace años una enfermedad degenerativa que afectó su memoria y su movilidad, lo que no impidió que el amor entre ambos se mantuviera firme hasta el final.

PUBLICIDAD

Fueron 50 años de relación, marcados por la complicidad, el humor y el amor por las artes. Vadell la conoció en 1975, durante los ensayos de la obra “Nadie sabe para quién se enoja”, cuando ella se ofreció para interpretar a una enfermera. “Imagínate que una mujer de ese calibre iba a hacer ese papel. Era muy linda y si la aceptábamos quedábamos todos como unos roticuajos”, recordó entre risas. Tras esto, pronto nació entre ellos un vínculo inquebrantable.

En conversación con Revista Sábado, Vadell rememoró con dolor, pero también con lucidez, los últimos años junto a Bomchil, marcados por la progresiva pérdida de memoria de su esposa. “Se iba olvidando lo que vivimos juntos y uno pone en duda si lo vivió o no. Sí, es jodido eso. Muy jodido”, confesó.

A pesar del deterioro cognitivo, la conexión entre ellos no desapareció del todo. “(Lo hizo) Hasta el final. Se reía cuando yo aparecía. Preguntaba por mí también cuando no estaba. Yo era su cable a tierra”, contó Vadell.

El actor enfrentó el duelo a su manera: subiéndose al escenario tan solo un día después de la partida de Bomchil, en la obra Aquí me bajo yo. “Creo que tenía que hacerlo”, explicó. “El escenario tiene la gracia de que uno se blinda y no entra nada de afuera. Ni siquiera le dan recados, ni buenos ni malos, no le dicen nada de lo que pasa afuera cuando uno está en la obra. Es una cosa absurda, pero es así”, reflexionó.

Vadell no esquivó el dolor, pero encontró en su oficio una forma de resistir. “El trabajo ha sido bien importante para mí y lo sigue siendo. Porque es un arma de sobrevivencia. De ahí me agarro”, sostuvo. Con esa fuerza, enfrentó el fin de una historia de medio siglo junto a quien describió como “una persona muy entretenida, de mucha vitalidad, con mucho gusto por la vida”.

Consultado sobre si el largo proceso de la enfermedad le permitió prepararse para el final, fue categórico: “Nadie está preparado. Uno nunca está listo para la muerte de las personas cercanas. [...] Además de esa enfermedad que ella tenía, era una cosa media rara. [...] Eso puede durar 20 años”.

Hoy, Vadell sigue adelante, sin dejar de sentir el golpe y honrando la memoria de quien fue, el gran amor de su vida: “Todavía uno está medio choqueado. Pero empiezo a notar la ausencia y me temo que en la medida que pase el tiempo, ese sentimiento va a ser más grande”.

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último