“Te sientes como un alienígena”: Jennifer Lawrence conmueve en Cannes al hablar de maternidad

‘Die My Love’ adapta la novela homónima de la escritora argentina Ariana Harwicz

Entre los destellos de las cámaras y la expectación típica de la Croisette, Jennifer Lawrence ofreció algo que rara vez se ve en los fastos de Cannes: una confesión honesta y profundamente humana. Durante la presentación de ‘Die My Love’, su nueva película dirigida por la cineasta escocesa Lynne Ramsay, la actriz estadounidense habló sin reservas sobre la maternidad, la ansiedad, la identidad desgarrada tras el parto. Y lo hizo con una mezcla de vulnerabilidad y claridad que dejó huella entre los periodistas presentes.

“Como madre, me resultaba muy difícil separar mis decisiones de las del personaje. Fue profundamente doloroso”, confesó Lawrence, visiblemente emocionada. “Había tenido a mi primer hijo y no hay nada comparable al posparto. Es una experiencia profundamente solitaria, lo cual resulta paradójico. Cuando el personaje se traslada a Montana, no tiene redes sociales, no cuenta con una comunidad. La realidad es que la ansiedad extrema o la depresión no entienden de geografías. Como mujer, te sientes desconectada, como si fueras de otro planeta”.

‘Die My Love’ adapta la novela homónima de la escritora argentina Ariana Harwicz, un texto tan salvaje como lírico que retrata la descomposición mental de una mujer tras convertirse en madre. En la película, Lawrence interpreta a Grace, una mujer que se desmorona mientras su entorno permanece incapaz de comprender o contener su dolor. Robert Pattinson da vida a su esposo, Jackson, un hombre que observa desde la impotencia cómo se derrumba el vínculo entre ellos.

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El filme, que tuvo su estreno mundial en Cannes, recibió una ovación de pie de seis minutos. Pero más allá de los aplausos, lo que dejó a muchos sin palabras fue la entrega absoluta de Lawrence al papel. Una entrega que, según reveló, no fue solo interpretativa, sino también física: rodó gran parte del largometraje embarazada de cinco meses de su segundo hijo.

“Tener hijos lo cambia todo. Absolutamente todo”, explicó la actriz. “No solo influyen en cada decisión laboral —cuándo trabajo, dónde, durante cuánto tiempo— sino que han cambiado mi forma de sentir. No sabía que era posible experimentar las emociones con tanta intensidad. Es como tener una herida expuesta. Todo duele, todo vibra. Mi trabajo se basa en eso: en sentir. Y ahora, todo es más nítido, más profundo. Por eso digo en broma, pero con sinceridad, que recomiendo tener hijos si quieres ser actor”. La actriz, de 34 años, comparte dos hijos con su marido, el galerista Cooke Maroney: su hijo mayor, Cy, de tres años, y un bebé nacido el pasado marzo, cuyo nombre y sexo no se han hecho públicos.

Pattinson, que también ha sido padre recientemente, ofreció una reflexión complementaria: “Después del nacimiento, intentar comprender qué lugar ocupas dentro de la pareja es complicadísimo. Mi personaje no tiene herramientas para ayudarla. No tiene el lenguaje emocional. No es un hombre que mire videos sobre crianza en TikTok. Solo espera que las cosas vuelvan a ser como antes, sin entender que eso ya no es posible. Y creo que muchos hombres se ven reflejados en esa imagen”.

En medio del tono confesional, hubo también espacio para el humor. Cuando Pattinson comentó que su hija le había proporcionado “una fuente de energía e inspiración inesperada”, Lawrence le miró entre divertida y desconcertada: “¿Tú has ganado energía?”. El actor se echó a reír: “Es una pregunta imposible para un hombre. Así que me limitaré a decir que estoy aquí para apoyar. Desde que nació, todo ha cambiado. También me enfrento al trabajo de otra manera porque eres una persona distinta desde el día siguiente a tener un hijo”.

A la pregunta de cuál fue el día más difícil del rodaje, Lawrence recordó entre risas una escena de contenido sexual: “El día antes de comenzar a grabar, Lynne nos enseñó a Rob y a mí un fragmento de If…, donde los personajes se atacan como fieras. Nos preguntó: ‘¿Lo haréis desnudos, verdad?’. Y nosotros respondimos: ‘Ah, vale…’. Y así fue como empezó todo”.

Las primeras críticas han elogiado la valentía del filme y la intensidad de la actuación de Lawrence. Owen Gleiberman, de Variety, la describió como “una fuerza destructiva imparable”. “Se arrastra como un animal, grita, rompe, se autolesiona. Pero cada gesto está cargado de verdad. Cuesta mirar, pero es imposible apartar la vista”.

‘Die My Love’ no es una película complaciente. No busca empatía fácil ni ofrece consuelo. Es un descenso a los infiernos de la maternidad vivida desde la fisura, desde el silencio, desde la incomprensión. Y Lawrence, en su interpretación más física y valiente hasta la fecha, se expone como mujer y como actriz. En un festival que a menudo celebra la forma, esta película ha recordado que el cine, cuando se atreve a mirar de frente lo insoportable, también puede ser una forma de verdad.

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