Este viernes por la noche, la animadora Tonka Tomicic realizó el estreno del documental que retrató su vida fuera de las cámaras mientras lidiaba con la investigación de su exmarido, Marco Antonio López.
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Al anticuario se le involucró en el Caso Relojes y terminó declarándose culpable de los delitos de receptación aduanera y comercio ilícito. Dos de los tres delitos que se le imputaron, y se desestimó la acusación por asociación ilícita.
Por su parte, la animadora también fue objeto de investigación por una presunta, pero la Fiscalía no encontró pruebas para realizar un juicio en su contra.
“Durante el periodo de investigación no se reunieron antecedentes suficientes para enfrentar un juicio en su contra, pero no es un sobreseimiento en que se reconozca que no hubo delito ni participación”, explicó T13 en abril.
El gesto que rompió a Tonka Tomicic
Durante una de las escenas de su documental que fue mostrado en “Only Fama”, Tonka Tomicic reveló un momento en que se quebró durante esta investigación. Ella tenía que ir a dejar una radiografía a un centro médico, por lo que necesitaba dejar su bicicleta en algún lugar, así que fue a una cafetería y le consultó a la dueña si podía dejar su medio de transporte ahí.
La trabajadora no reconoció a la animadora debido a la mascarilla, y cuando volvió se dio cuenta de quién era. “Fui al examen y cuando volví ya estaba sin el casco, sin la mascarilla y la señora me reconoce. Me contó su historia del café y me dijo: ‘¿Le puedo pedir un favor?’, me pasó un plumón y me preguntó: ‘¿Usted podría firmarme la muralla con su nombre?”, contó según lo consignado por Página 7.
“Cuando me dice eso me sentí tan mal, me sentí doblemente podrida, primero porque sentía que no era merecedora de firmarle la muralla a la señora en la situación en que estaba viviendo, porque estúpidamente las voces de los otros tenían más fuerza que la mía”, continuó la animadora.
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“La mujer que yo era, estaba opacada por los demás. Yo permití eso, imagínate (...) Cuando la señora me dice eso, yo le digo: ‘Disculpe, yo no puedo firmarle la muralla’, a lo que ella me responde, ‘pero ¿por qué no?’, y no sabía cómo explicarle que no podía ponerle mi nombre, porque yo no le estaba dando valor a mi nombre, a quién era y a mi historia", añadió.
Ahí es cuando Tomicic se quebró. “Me puse a llorar porque me mató, me puse a llorar y le dije que me disculpara, que no podía firmar la muralla, pero que más adelante iba a volver y le iba a firmar”, confesó y admitió que tiene el pendiente de firmar la muralla.