La noche de este domingo, el actor Cristián Campos, rompió en vivo el silencio en Primer Plano, tras la sentencia dada a conocer la semana pasada, tras la demanda que hiciera la Fundación para la Confianza en su contra, por abuso sexual contra quien fuera su hijastra, Raffaella Di Girolamo.
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Julio César Rodríguez abordó en la entrevista, la posición de sus hijos respecto a la acusación de su hermana, quienes la apoyan completamente.
“¿Por qué tus hijos avalan el testimonio de su hermana y no el tuyo?“, le consultó el animador.
“Porque están influenciados, porque están presionados, porque tienen una madre y una hermana muy dominante. Son mis hijos y yo fui muy buen papá con ellos. Pero hay una razón de fondo.Cuando la Raffaella les hace saber este cuento de que ella fue abusada, les entrega una carta donde cuenta esta historia y a renglón seguido ella sugiere, advierte o amenaza que ella podría tener una acción consigo misma y en caso de que eso ocurriera les pedía que se hicieran cargo de sus hijos si ella no estaba. Dime tú, ¿qué libertad de movimiento va a tener un hermano si una hermana le dice algo así?“, comenzó diciendo el actor.
“Con una mano en el corazón, ¿qué posibilidad tienes tú de decirle a tu hermana no hables tonteras después con la culpa de que ella vaya a hacer algo indebido? Si eso no es un chantaje emocional del diablo, ¿qué es lo que es? Si eso no es manipulación", subrayó Campos.
Julio César le responde que “eso no me consta”. “No, yo no te estoy pidiendo que te conste, te estoy contando. Tú me preguntaste por qué mis hijos no me apoyan porque están presionados y porque están totalmente manipulados”, le replicó el actor.
La opinión del juez
Rodríguez además fue más allá y le preguntó sobre la resolución del juez Edgardo Gutiérrez Basualto, quien determinó el “sobreseimiento total y definitivo, por prescripción de la acción penal”.
“No hay nada que pruebe esos hechos. Él, de alguna forma, adscribiendo a una ideología de género, decide creer que eso es verdad. O sea, tenemos un juez que adscribe a una ideología de género. O sea, un juez se transforma en un difusor de una ideología de género, en alguien que, de alguna forma, deja de ser juez porque deja de tener ecuanimidad. (...) Por cierto, acá lo que hizo él fue imponer un principio en el fallo, lo que va contra lo que yo considero la justicia.Y el principio es que la presunta denunciante es siempre, dice siempre la verdad. Y el presunto culpable, entonces, deja de ser presunto y es culpable, sin pruebas”, sentenció Campos.