Un nuevo capítulo de tensión se vivió este fin de semana en el mundo del espectáculo nacional, luego de que Francisca Merino respondiera en vivo a las declaraciones de Íngrid Cruz, quien la acusó de haberla maltratado durante las grabaciones de la teleserie Marparaíso a fines de los años 90. Lo que parecía un recuerdo aislado de conflictos laborales terminó destapando una historia más compleja que involucra infidelidades, traiciones y silencios prolongados por más de tres décadas.
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Todo comenzó cuando Íngrid Cruz revivió en el podcast Di la verdad Rosa de Yuly un antiguo episodio de su juventud que involucraba a Pancha Merino: “Me tiraba la ropa, me pisoteaba las cosas, me trataba de ‘rota’. Fue súper duro”, comentó sobre el trato que habría recibido por parte de Francisca Merino. Aunque reconoció que con el tiempo hubo una disculpa, su relato generó inmediata reacción mediática.
La aludida no tardó en responder. En el programa Qué te lo Digo de Zona Latina, Francisca Merino entregó su versión de los hechos, afirmando que la raíz del conflicto era más profunda y personal de lo que se había dado a entender públicamente. “Ella saca una pelea que tuve hace más de 30 años. Te voy a contar que yo pololeaba con Luciano (Cruz-Coke) y ella se lo tiraba, se lo agarraba y trabajaba conmigo. Se agarraba a mi pololo y era compañera mía de elenco”, relató.
Merino detalló que fue el propio guionista Pablo Illanes quien le advirtió de la infidelidad. “Obviamente la encaré, la habré insultado, no me acuerdo si la ‘rotié’”, confesó, agregando que el dolor vino no solo por la traición amorosa, sino también por la complicidad del círculo cercano: “Si yo tengo una amiga y sé que el tipo la está gorreando y me quedo callada...”.
Este fin de semana, Francisca Merino llegó hasta el set de Primer Plano para entregar otros detalles sobre el antiguo conflicto con su excolega. Frente al panel del estelar de farándula, Merino se refirió a las acusaciones y aprovechó de compartir una íntima reflexión: “A mí me duele que me digan que soy maltratadora. Porque yo lucho, a diario, contra el maltrato”, expresó en el panel.
“Cuando me enojo, sé que digo lo que nadie puede decir. Sé que voy a quedar mal, sé que me van a echar, pero prefiero decirlo. Entré a estudiar Teatro para expresar mi libertad”, sostuvo.
Consultada por qué enfocó su enojo en Cruz y no en su entonces pareja, Merino fue autocrítica: “Las mujeres caemos en enemistarnos con la mujer... Fue porque tenía 23 años y la agarré con la hue... no más”.
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Finalmente, bajó el tono y llamó a poner las cosas en perspectiva: “Estamos viejas, hemos sufrido dolores irremediables, estafas, pérdidas”, cerró, dejando abierta la puerta a la reconciliación y al entendimiento con su excolega.