El cantante Américo se sinceró completamente en el último capítulo de “Podemos Hablar”, en donde habló sobre su lucha contra sus problemas con el alcohol. Él reconoció que dicha sustancia la utilizó como una forma de evasión.
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El cantante confesó que hubo una etapa en la que “se mareó con la fama”, y el alcohol se convirtió en “un buen compañero para apagar la tele, para no querer ver, ni siquiera para lo social nada, y debo decir que lo aproveché bien, agoté todos mis tickets de joda, ya no me queda ninguno, pero cuando me di cuenta que no me hacía bien, cambié”.
Recuerda que todo cambió a raíz de una entrevista por Zoom, en septiembre de 2020, durante Fiestas Patrias. “Estaba con unos tragos y hablé más de la cuenta, sin que me lo preguntaran. Dije: ‘Se siente horrible no estar tocando. Más encima, estoy fuera de mi casa, me echaron, no he visto a mis hijos’”, señaló.
“Imagínate el regalo que di, ni me lo pidieron. El que me estaba entrevistando fue como… ‘Gracias’”, complementó.
Ese episodio marcó un antes y un después, e inició un proceso de terapia diaria que se extendió por más de dos años. “Comencé el 21 de septiembre de 2020. Todo este proceso duró todos los días durante dos años y cuatro meses”, detalló.
“Entendí por fin lo que era hacerse cargo de mi propia vida, que todo pasaba por mí, que ya no había excusas. Hoy lo cambio por responsabilidad. Y generé ese cambio. Es una decisión que mantengo hasta el día de hoy. Eso me llevó a no tomar más alcohol”.
Los recuerdos de su infancia
Américo también recordó su infancia y su vínculo con la música. A los siete años cantó por primera vez en público, la canción “Palabra de Honor” de Luis Miguel y desde entonces supo que ese era su camino “Ese fue un día mágico. Nunca más pude salir del escenario. Ahí se construyó Américo”, dijo.
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Cuando él tenía 11 años sufrió un grave accidente automovilístico cuando viajaba a trabajar junto a su familia, por el cual estuvo hospitalizado dos meses. “Lo único que preguntaba era dónde estaba mi hermana. Fue durísimo, pero sobrevivimos”.
Finalmente, se emocionó al hablar del amor incondicional de sus padres, especialmente de su madre. “Este verano, con 47 años, mi mamá me preparó los sándwiches y el termo para salir a cantar. Y me despidieron en la puerta junto a mi papá. Aquello que no tuve de niño, lo pude tener de grande. Esos son mis verdaderos triunfos”.
Américo cerró su participación con una profunda reflexión. “Hoy me siento un gran hombre, papá… Sé que fui un gran esposo que cometió errores. Hoy tengo la posibilidad de seguir mejorando, con todas las historias que vengan. Y en eso estoy trabajando”, finalizó el cantante.