Un final inesperado tuvo el podcast “Cómo están los weones”, que durante meses fue uno de los espacios digitales más escuchados en Chile. Pese al éxito y cercanía que proyectaban sus conductores, Daniel Fuenzalida y Rosario Bravo, las tensiones entre ambos se agudizaron a tal punto que ni siquiera coincidieron para grabar el capítulo final.
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El quiebre comenzó cuando se reveló que Fuenzalida había inscrito a su nombre la marca del programa, utilizando una frase que nació originalmente de las redes sociales de Bravo. “Cómo están las weones” era una expresión que la enfermera popularizó mucho antes del podcast, lo que generó molestia cuando supo que la marca había sido registrada sin su consentimiento.
Bravo aseguró que se enteró de esta situación en enero y que, aunque pidió una solución en privado, esta nunca llegó. Solo cuando el tema se volvió mediático, se conoció el trasfondo del conflicto. “A pesar de su solicitud, Fuenzalida nunca arregló la situación”, trascendió desde el círculo cercano de la comunicadora.
El plan original era que ambos grabaran un último episodio especial, reuniéndose en el estudio que Rosario había preparado en su departamento. Así lo confirmó incluso el propio Fuenzalida en entrevista con Chilevisión, donde señaló que ya había un acuerdo para cerrar el ciclo con un compilado de los mejores momentos.
Sin embargo, declaraciones recientes del exanimador reactivaron la tensión. “A ella no le gustaba la farándula ni la televisión y parece que sí, le gusta harto”, comentó Fuenzalida en la misma entrevista, palabras que Bravo recibió como una falta de respeto.
Según Las Últimas Noticias, esa misma noche la enfermera escribió en el chat grupal del equipo que no participaría en la grabación final. Su postura se mantuvo firme, a pesar de los intentos del equipo por convencerla. Así, el episodio fue completado por separado, poniendo punto final a un proyecto que nació con humor, pero terminó entre desencuentros.