Carolina Molina, más conocida en el ambiente artístico como “La Rancherita”, detalló este jueves los minutos de terror que vivió en las inmediaciones del terminal de buses de Estación Central luego de ser asaltada por un delincuente que intentó robarle sus pertenencias.
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Un traumático episodio que sufrió el pasado lunes en la céntrica comuna de la Región Metropolitana, y del que la cantante reconoció no haber realizado ningún tipo de denuncia ante Carabineros porque asume que “no es alentador el pronóstico frente a la delincuencia”.
El asalto a Carolina Molina
El asalto, indicó la artista en lun.com, lo sufrió al llegar desde la región de Valparaíso a Santiago para promocionar el lanzamiento de su nuevo sencillo “Chelitas terapéuticas”.
“No pude viajar en auto por una falla tonta. La camioneta estaba recién arreglada y se me quedó una luz prendida y se me fue la batería”, contó Molina, quien tras llegar en bus al terminal de Estación Central cerca de las 20:00 horas no tardó demasiados minutos en ser víctima del robo por sorpresa.
Era totalmente de película de terror, oscura, no andaba nadie. No pensé que sería tan peligroso
— Carolina Molina
“Me voy a la primera vereda que encuentro mientras coordinaba el Uber y te juro que era de terror, así, siniestra. Era totalmente de película de terror, oscura, no andaba nadie. No pensé que sería tan peligroso, no eran las dos de la madrugada. No había nadie como en dos o tres cuadras”, indicó la cantante.
“Un guardia me dice que tenga cuidado porque anda un gallo en bicicleta. Ellos ya cachan quiénes son”, prosiguió Molina, quien aseveró en el medio de circulación nacional que “yo tenía detectado al tipo de la bicicleta, tenía una polera verde, gris verdosa, y se paseaba, pasaba por el lado mío y yo cada vez me corría y escondía al teléfono”.
“Pero en un minuto lo perdí de vista y apareció por atrás y me agarró el teléfono justo cuando yo le estaba diciendo al conductor del Uber que apareciera, que me iban a asaltar”, relató la cantante, quien tras el intento de robo decidió irse encima de su asaltante luego que le tomara su dispositivo celular.
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“Fue todo extremadamente rápido, pero yo tengo buenos reflejos y no solté ni el teléfono ni las maletas, sino que avancé y con la otra mano lo agarré del brazo y lo arañé entero. Tengo las uñas largas y lo dejé todo rasguñado al tipo”, dijo.
“Después me miré las uñas cuando me logré subir al Uber y me dio asco, porque me quedaron muy sucias, como que hasta quedé con piel de él en mis uñas”, recordó, aún afectada por el asalto del que fue víctima esta semana.
El temor de Carolina Molina
“No volvería a defenderme, no tomaría ese riesgo. La verdad es que ando acompañada a todas partes, hasta a las citas amorosas llego acompañada. No siento que sea algo correcto lo que hice. El tipo pudo ser mucho más agresivo y bajarse de la bicicleta, porque estaba absolutamente sola. Sólo alcancé a desestabilizarlo y él siguió avanzando, se fue y le grité de todo”, reconoció.
“No es la reacción más idónea”, insistió Molina, quien reconoció que “uno se arriesga” al tratar de cuidarse de los delincuentes. “Uno lo hace no tanto por lo que cuesta en dinero el teléfono, sino porque una tiene todo ahí, hay mucho contenido, información, datos, de todo. Así que me quiero instruir sobre eso, de cómo respaldar al ciento por ciento el aparato, aunque me lo roben”, puntualizó.
“No denuncié. ¿Qué saco? Voy a perder el tiempo. Yo como ciudadana normal ya sé que es una pérdida de tiempo. No es alentador el pronóstico frente a la delincuencia. Además, no sabía a quién denunciar, sólo vi un flaco con polera verde”, finalizó.