En un nuevo capítulo del podcast “Mamá por siempre”, María Luisa Godoy conversó con la actriz Javiera Contador sobre maternidad y crianza, pero también sobre el difícil momento que vivió Contador con su fracaso sobre el escenario de Viña 2024. Godoy recordó que es la única vez que lloró mientras fue conductora del Festival y las palabras de Javiera sobre el escenario: “Tú dices con una fortaleza de mamá: Hijos, ustedes que me están mirando, quiero decirles que esto no te determina.”
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La frase conectó con Contador quien afirmó que ese momento “Sí, fue duro... Yo sabía que esto iba a ser tema mucho rato” y pensó en cómo esto podría afectar a sus hijos. “Siento que lo más difícil que me ha tocado explicarles fue cómo lidiar con eso… que el fracaso existe, que es parte de la vida, pero tampoco que te vean tan derrumbado porque igual son chicos…”, contó.
El hecho de que sus hijos hubieran estado ahí también fue muy significante: “Me ayudó mucho saber que ellos (mis hijos)… eran mucho más importantes que eso otro que había pasado en ese escenario”, agregó.
La actriz contó que pocos días después de ese momento viajaron en familia para sobrellevar mejor el tema y su familia fue su contención. “Nos fuimos al fin de semana siguiente a las termas de Jahuel… Estábamos los cuatro y fue un lugar, un rincón muy placentero; entender además, físicamente, que eso es la vida… esto es lo importante, lo esencial”, afirmó la actriz.
Durante su conversación con María Luisa Godoy en “Mamá por siempre”, Contador relató sus embarazos y cómo vivió la lactancia contando que amamantó incluso embarazada de su segundo hijo. También reflexionó sobre la culpa que a veces siente como madre trabajadora, cómo ha involucrado a sus hijos en su vida profesional como extras o ayudantes en vestuario y cómo la maternidad le cambió la perspectiva laboral y personal.
Además contó lo rigurosa que es a la hora de pedirles buenas notas a sus hijos y que no le gusta que falten al colegio y destacó la importancia de criar con humor, enseñar a sus hijos a reírse de sí mismos y ser empáticos: “El mundo ya es suficientemente amargo”, afirmó.